Revista Informática

Kaori-Chan, la robot que juzga tu olor corporal

Publicado el 08 mayo 2013 por Ferranmunoz @ferran_munoz

Ya sabemos que los japoneses son los reyes de la robótica, y también sabemos que son bastante raros.

Cuando vas en el metro de Tokyo con una distancia de espacio personal de nanometros, en pleno agosto con una humedad del 98%, es inevitable oler o acabar probando personalmente los bellos aromas de la fisiología humana. En esos casos no es siempre evitable apestar después de haber trabajado incansablemente durante 10 o 12 horas, pero en otros casos, un simple lavado de dientes o un cambio de calcetines a tiempo puede ahorrarnos el pasar un mal rato. También los hay que no tienen ningún sentido del olfato o que no le dan tanta importancia al ser una armonía de olores poco agradables. El mal de olores es algo que afecta al mundo entero.

Kaori-Chan, la robot que juzga tu olor corporal

Por estas razones, una compañía japonesa con un nombre tan serio como CrazyLabo (se admiten bromas en los comentarios), asociada con Kitakyushu National College of Technology han creado dos simpáticos robots y para nada espeluznante. Una coqueta robot llamada cariñosamente Kaori-Chan que te huele el aliento y lo juzga. Como buena mujer, hace comentarios sobre el olor de tu piquito cantarín en cuatro niveles diferentes de tipo indirecta para no dañar tus sentimientos, pero que te enteres. Algo como “Huele como a cítrico” (no me lo estoy inventando). Por si no te has enterado bien de lo que te quería decir con semejante indirecta, Kaori-Chan te muestra en una pantalla con un sencillo gráfico con una frase, si deberías visitar de urgencia a tu dentista y pedirle que te eche todo lo que tenga en la boca para atenuar el mal aliento o le puedes dar un beso.

Kaori-Chan, la robot que juzga tu olor corporal

Por otra parte, esta entretenida dualidad entre empresa loca y estudiantes univesitarios aburridos, también ha creado un robot-perro que te huele los pies. A diferencia de nuestra amiga Kaori, el perro, que ya de por sí tiene cara triste, no habla – encima le han llamado Shuntaro-Kun, con la ardua tarea que le toca-, pero sí hace gestos o movimientos en reacción a la intensidad del olor de tus pezuñas, mostrando niveles de afecto y reproduce música. Si no hay olor, el perro se acurrucará en tus pies. Si la cosa se empieza a poner fea, ladrará y gruñirá para que escondas eso bajo varias capas de agua y jabón. Cuando el tema no tiene solución, se tirará por la ventana. No, venga, es broma, me lo he inventado: Se desmayará y reproducirá la Marcha Funeraria de Chopin. Por si querías que te lo dijesen con delicadeza.

Podéis ver el video de ambos aquí, en la esquina superior izquierda del artículo a pesar de estar todo en japonés.

Nunca pensé que escribiría sobre algo así, tanta ingeniería para un propósito tan sucio.


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