¿Estabas sola? ¿Habías bebido? ¿Fuiste amable con él? ¿Le sonreíste? ¿¡¿¡Lo besaste!?!? ¿Qué llevabas puesto? Estas son solo algunas de las "preguntas inteligentes" o "de rutina" que se suele hacer a las víctimas de abusos sexuales cuando denuncian lo sucedido y a su agresor. Como si una sonrisa, un buen escote, un beso o ir borracha perdida pudiera darle derecho a alguien para decidir que puede hacer lo que quiera con tu cuerpo.
Pero es lo que tiene vivir en este mundo. Un lugar donde es más cómodo cuestionar o culpar a la víctima antes que educar y castigar a algunos especímenes (sí, por suerte sólo son algunos) que "olvidan" rápidamente sus valores ante la posibilidad de salirse con la suya en un lugar sin testigos y con alguien en clara desventaja física. Perfectos caballeros y hombres encantadores en sociedad, hasta que se apagan las luces y sale su verdadero yo: el que se comporta como un perro que no puede controlarse ante el olor de una hembra en celo.
"Well, what were you wearing?" (Y... ¿qué llevabas puesto?), fue el proyecto que la fotógrafa Katherine Cambareri presentó como en la Universidad de Arcadia. Un proyecto en el que decidió combinar la fotografía con su interés en salud pública , a fin de desafiar la facilidad con que amigos, familia, responsables en la universidad, policía y otras personas recurren a culpar a la víctima por sus ataques, gracias a la idea errónea de que "provocan" a sus agresores con el uso de "ropa ligera".
La fotógrafa decidió hacer un que documentara lo que llevaban puesto las víctimas en el momento en que fueron agredidas, con el objetivo de demostrar que no hay ningún tipo de ropa que haga que los ataques ocurran . No hay una talla. No hay ningún tipo de cuerpo. Solo una persona agrede a otra persona.
Para llevar a cabo la serie de fotografías, se puso en contacto con sobrevivientes de abusos y agresiones sexuales vía Facebook, pidiéndoles que compartir los casos en los que experimentaron avances sexuales sin su consentimiento. Sólo estudiantes universitarios de sexo femenino respondieron a la solicitud , estrechando así el alcance del proyecto.
En un segundo acercamiento, Cambareri preguntó a las mujeres si podía fotografiar las ropas que llevaban cuando fueron agredidas. El resultado final son 15 imágenes que muestran camisetas, pantalones de chándal, jeans, camisas a cuadros, zapatillas Converse y otros artículos de lo más normales con los que creo todos hemos ido alguna vez a clases en la universidad sin la menor intensión de ser una "provocación" para el público en general.