Os traigo un excelente ejemplo de la fuerza de los cultivares en sus propias raíces.
Allá por abril de 2008, Cris tuvo la gran amabilidad de enviarme un esqueje ya brotado de Kathryn Morley. En los primeros meses casi lo di por perdido, pues le atacó sin piedad la araña roja, y el acaricida que utilicé acabó por secar un estupendo brote basal. Tras confirmar que estaba muerto, corté todo y decidí sacar el tallo seco pero no pude a pesar de estirar con fuerza, las raíces aún eran fuertes, y como tampoco necesitaba la maceta, la dejé en un rincón resguardado del jardín dedicado a reposo de macetas con bulbos. Casi me olvidé de él cuando pasado un tiempo descubrí que había rebrotado.
A partir de ahí ya todo fue bien, y pasó a tierra en su momento. La primera temporada se afianzó, y a la siguiente le dio por hacer un brote tremendamente vigoroso que me decidió a cuidarlo como pequeño trepador.
Os dejo fotos de hace un mes.
Un abrazo
Alba
"Una rosa es una rosa es una rosa". Gertrude Stein.