Kauwboy (Boudewijn Koole, 2.012)

JoJo es un niño solitario de diez años que trata de escapar de la incomunicación familiar en la que se encuentra. Su padre se halla constantemente ausentes por tema de trabajo y su madre, cantante country, anda de gira. Un día encuentra una cría de grajo y decide volcar todo su cariño en el ave. Poco a poco, va encontrando un amigo que suple las carencias afectivas de su infeliz infancia. Con ayuda del pájaro irá consiguiendo lo que siempre quiso tener: una familia y un hogar al que aferrarse.
Ficha:
Título Original: Kauwboy.
Director: Boudewijn Koole.
Guionistas: Jolein Laarman, Boudewijn Koole.
Intérpretes: Rick Lens, Loek Peters, Susan Radder, Cahit Ölmez, Ricky Koole.
Productores: Wilant Boekelman, Jan van der Zanden.
Fotografía: Daniël Bouquet.
Música: Helge Slikker.
Montaje: Gys Zevenbergen.
Diseño de Producción: Jorien Sont.
Diseño de Vestuario: Heleen Heintjes.
País: Holanda (Países Bajos).
Lugares de Rodaje:
Fechas de Rodaje:
Año: 2.012.
Duración: 81 minutos.
Edad: No recomendada para menores de 7 años.
Género: Drama.
Distribuidora: Mucho Bueno Films, S. L. (en construcción).
Estreno: 17-05-2.013.
WEB Oficial: Web Oficial de la película en Holanda.
Espectadores: 0.
Recaudación: 0 €.
Calificación: 6,978.
Crítica:
18-05-2.013 – JOSU EGUREN
Niños y pajaritos
Digamos que no es lo corriente, pero en ocasiones los giros dramáticos pueden tener consecuencias verdaderamente felices. Ocurre en "Kauwboy", primer largo del holandés Boudewijn Koole, cuando lo que hasta entonces era un drama nublado por el espejismo del estilo dardeniano deviene en una escena vitalista contaminada por la banda sonora de Helge Slikker.
Lo que sucede a continuación es un asunto privado entre Rick Lens (el excepcional protagonista) y los espectadores que quieran ser testigos de una fábula que evoca la dolorosa infancia de Rudyard Kipling. "Kauwboy" no puede ignorar la influencia de "Kes" (Ken Loach, 1.969), pero sería injusto negar que su autor se esfuerza en construir una identidad propia en un terreno cercado por los estilemas de un género de géneros en el que convergen el realismo social y los dramas infantiles. Entre las hebras del nido de una familia desestructurada, en el que la figura de la madre ausente pesa sobre una conflictiva relación padre-hijo, Koole desliza la cámara para observar la amistad entre JoJo y una cría de grajo, un amigo visible que compensa las enormes carencias afectivas del niño.
Como en toda película que bordea la infancia, Koole no puede resistirse a la tentación de hacernos sentir el vértigo de aquellas primeras veces que se recuerdan con nostalgia en la edad adulta, aunque lo hace sin violentar el flujo desordenado de una narración errática en la que los momentos más comprometidos se resuelven con fundidos en negro, tropos o elipsis. De esta forma, Koole planta la semilla de una delicadeza amarga que no busca refugio en las interpretaciones psicologistas, liberando a sus personajes de la autoconsciencia de los relatos iniciáticos que a menudo simplifican una etapa vital desbordante de matices. Puede que Koole se haya excedido al meditar los riesgos que derivan de profundizar en la psique de JoJo, o puede que haya sido sincero, porque, ¿quién de nosotros puede interpretar el lenguaje secreto entre un pájaro y un niño?