Keep Calm and Carry On
Cuenta la leyenda que Camilo José Cela de dijo al anterior Rey de España, Campechano primero: Majestad, en este país quién resiste gana. Creo que es importante recuperar esta pequeña porción de filosofía empresarial patria y dejar de lado las modas que nos vienen de las escuelas de negocio foráneas como agile development, canvas business model y lindezas por el estilo y volver a lo que son nuestras raíces, tener paciencia y ser cabezón, y si las tres Marías -Moiras, Atenea y Ariadna- se ponen a no dar puntada sin hilo, tener la paciencia suficiente como para capear el temporal.
Porque seamos honestos, ni nosotros somos Hannibal Smith ni nuestra empresa es el Equipo A, y los planes no siempre salen bien. Puede que nuestro excel esté diseñado a la perfección y que el power point refleje la realidad que queremos construir aplicando una mezcla del principio contable de la prudencia y el sentido común, cada vez más escaso, pero todo esto no garantiza nada.
No se si todos los que sois duchos en leyes conocéis el artículo 33, o la famosa disposición tres catorce, o lo que comúnmente se llama la aplicación de las connotaciones del sustantivo cojones. Llegas tu todo feliz y un buen día aparece alguien aplicando todos estos principios, da igual lo que digas, da igual lo que demuestres, la impasibilidad de su razonamiento no desfallece ante la lógica, la razón o el sentido común, que para eso él está en la posición de aplicarte el reglamento inglar -no de las islas inglas, sino de las ingles- y has de morderte la lengua y la de tu socio, a pesar de que esto pueda tener connotaciones malignas según algunos confesiones religiosas.
Ante esta situación tienes varias opciones:
1.- Apuntarte a una academia de idiomas para poder jurar en arameo, lo cual no sirve de mucho más allá de rellenar currículum.
2,-. Sacar fuego por las muelas, que tal y como está el patio no te entenderían ni en catalunya.
3.- Hacer una opa hostil a la ortodoncia del interfecto y construirte un bonito collar de abalorios dentales.
4.- Practicar el noble oficio de las bellas artes creando un bajorrelieve de tu mano en su mejilla, la variante de colleja preventiva, o la más intensa pero que conlleva que tengas que llevar la camisa a la tintorería, estampar tus nudillos en esa protuberancia a la que llamamos nariz.
Pero antes de ponernos en modo empático moderno, es decir, yo te entiendo pero no te voy a hacer ni puñetero caso, lo mejor es respirar hondo y recordar lo que me dijo una vez Rosveisa, Life isn’t about waiting for the storm to pass… It’s about learning to dance in the rain. Como nota aclaratoria a lo que dijo, yo añado que más allá de hacer el idiota bajo la lluvia te recomiendo un buen paraguas, una sopa calentita, porque el virus de la gripe pasa de estas historias postmodernas y no dudará ni un momento en créate un catarro de tres pares de narices que te tendrá en la cama durante mínimo una semana y máximo siete días.
Película: Cast Away
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