Hace unos días, en una formación a la que asistí, nos recomendaron pensar. Así de simple: reservaros tiempo para pensar. Aclaro que no era una formación de productividad, era de ventas. Y no hace falta decir lo contento que me puse… ¡en una formación de ventas se hablaba de uno de los principios básicos de la efectividad: pensar!
El ponente nos explicó que él hacía más de 15 años que se reservaba los primeros 10 minutos de su jornada a pensar. Prohibido hacer otra cosa que pensar. Comentaba también que había «obligado» a su equipo a hacerlo y el desconcierto que la medida había provocado.
En esta experiencia comentaba lo difícil que es hacerlo, sobretodo en los primeros días y semanas, pensar por pensar ¿y en que pienso?
Parte de la audiencia entendió que se refería a dedicar unos instantes a planificar el día, a ese recurso tan alegremente difundido, y tan cuestionablemente efectivo, de empezar el día definiendo las TMI (tareas más importantes). Pero no, no se refería a eso.
El valor del ejercicio es que se trata sólo de pensar. Sin ningún guión. Intuyo que en esos 10 minutos, pueden pasar muchas cosas. Puede surgir una idea, o encontrar una solución, o puedes recordar algo, o cambiar tu perspectiva sobre algún tema, …
Más allá de comentar la utilidad del hábito, que no parece mal, pero que personalmente estructuraría de otra manera (p.e. acompañándolo de capturar), quisiera subrayar la siguiente reflexión:
En la era del trabajo del conocimiento, tenemos que recordar y enfatizar continuamente la necesidad y la importancia del pensar ¿eso es normal?
Pensar cuesta. Por eso acostumbra a difuminarse dentro la tormenta perfecta en la que vivimos cada día. La presión, el ruido, todo son amenazas para el frágil pensar.
Lo que buscan estos 10 minutos, es precisamente crear unas condiciones ideales para que, en exclusiva, puedas pensar, para darle relevancia. Que pensar pase de tener un papel secundario a uno de protagonista, ni que sea durante un espacio determinado de tiempo.
Como puedes ver pues, para ser una persona realmente efectiva, «keep calm and think». Se consciente de ello y dale un papel protagonista.