Revista Cultura y Ocio

Keith Jarrett - The Köln Concert (1975)

Publicado el 22 julio 2023 por Syntheticman @vozdelosvientos
Keith Jarrett - The Köln Concert (1975)

"Hacer de la necesidad, virtud" es una frase hecha de nuestro idioma que parece creada a propósito para describir el disco del que queremos hablar hoy. Un trabajo que no debió existir porque todos los caminos que debían llevar a él se fueron desviando uno tras otro y solo la insistencia de unos y unas cuantas dosis de profesionalidad  aliñadas con toneladas de inspiración por parte del artista, permitieron, no sólo que existiera el disco, sino también que se convirtiera en un hito aún hoy no igualado.

Keith Jarrett fue el típico caso de niño prodigio. Empezó a tocar el piano con tres años y poco después ya daba conciertos con obras de Bach o Beethoven en su programa. Antes de eso había pasado por shows de televisión de esos en los que se exhiben las habilidades antinaturales de todo tipo de talentos infantiles por lo que desde pequeño ya quedaba claro que no era un niño normal. Pese a su evidente talento, que le habría permitido desarrollar una importante carrera como intérprete clásico, su interés se dirigió al terreno del jazz y la improvisación en donde enseguida destacó y se hizo un hueco en la escena de Nueva York, formando parte de la banda de Art Blakey primero y de Charles Lloyd más tarde. Tras varios trabajos en formato de trío, cuarteto o en solitario, y pasar por la banda de Miles Davis, Jarrett recibió una carta de Manfred Eicher, muy interesado por incorporarle a su sello ECM. La filosofía de la discográfica alemana atrajo al pianista desde el principio y durante un tiempo desdobló su carrera con la formación de dos cuartetos, el “americano”, con Paul Motian, Charlie Haden y Joshua Redman y el “europeo” con el que tocaba en el viejo continente, integrado por artistas de ECM como Jan Garbarek, Palle Danielsson y Jon Christensen. Por aquel entonces empezó a simultanear grabaciones y conciertos en grupo con trabajos y actuaciones en solitario que, en muchos casos, eran enteramente improvisadas. Fue durante una de estas giras de Jarrett al piano solo cuando tuvo lugar uno de los conciertos más improbables de los que hay registros.

La jovencísima promotora Vera Brandes contactó con Manfred Eicher para que Jarrett diera un concierto en Colonia dentro del ciclo creado por ella, “New Jazz in Cologne”. A partir de ahí, nada salió como estaba previsto. Vera envió a Jarrett un billete de avión a Zurich, que es donde había dado su anterior concierto pero el músico pensó que era mejor idea solicitar el reembolso del pasaje y acudir a Colonia en el legendario Renault 4 de Manfred. Como resultado, la pareja llegó a la ciudad del concierto con mucho cansancio acumulado y con el tiempo muy justo a pesar de que la hora del concierto era inusualmente tardía (las 11 y media de la noche). Apenas tenía tiempo de comer algo antes de ir a la sala pero un incidente en el restaurante hizo que el músico sólo pudiera probar un par de bocados a la carrera antes de llegar al teatro y encontrarse la más desagradable de las sorpresas. Jarrett había acordado con Brendes que el concierto se haría con un piano Imperial Bösendorfer, una maravilla de 97 teclas que es conocido como el “Rolls Royce” de los pianos. Los operarios del teatro encontraron otro modelo de la marca entre bastidores y pensaron que era ese el instrumento que debían llevar al escenario. No solo no era el correcto sino que, además, era un piano mucho más pequeño que se usaba habitualmente para ensayos de coros. Por si fuera poco, no estaba bien afinado y tenía problemas en los pedales y en varias zonas del teclado. Se pensó en traer de urgencia el piano acordado pero el afinador del teatro indicó que con el frío y la humedad del trayecto el instrumento se desafinaría igualmente y costaría muchas horas dejarlo operativo de nuevo. Visto el panorama, Jarrett no veía más opción que cancelar la actuación pero con todo el aforo vendido y los aparatos de grabación preparados para registrar el concierto, se lo pensó mejor y decidió sentarse a las teclas.

Manfred Eicher siempre sostuvo que fueron precisamente las precarias condiciones en las que se desarrolló el concierto las que obligaron a Jarrett a una concentración extrema y a sacar lo mejor de sí mismo para compensar las limitaciones del piano. “Me vi obligado a tocar con lo que había, y de alguna manera sentí que debía resaltar las cualidades que tuviese ese instrumento. Y eso fue todo. Mi directiva fue: Tengo que hacer esto. No me importa cómo diablos suene este piano. ¡Y lo hice!” declaró el músico en su día.

El concierto duró algo más de una hora y ni Jarrett ni nadie del equipo de Eicher pensaban que ahí hubiera sucedido nada excepcional. Fue en otro de esos trayectos con Manfred conduciendo su Renault 4 cuando le puso la cinta al pianista y decidieron publicarlo. Lo que ocurrió a partir de entonces fue tan inesperado como la propia celebración del concierto. En poco tiempo se convirtió en el disco de jazz grabado por un solista más vendido de la historia y también en uno de los más vendidos a cargo de un pianista en cualquier estilo.

“The Köln Concert” es un maravilloso disco de jazz pero creemos que puso la semilla para el desarrollo de muchos otros estilos y que el 90% de los discos de piano de la “new age” americana de los ochenta (hablamos de sellos como Windham Hill o Narada) no habrían existido sin la influencia de esta grabación de Jarrett. El disco se divide en dos partes aunque por exigencias del formato original (se publicó en su día como doble LP), la segunda y más extensa está separada en tres cortes. En todo caso, estamos hablando de uno de esos discos imprescindibles que no deberían faltar en una discoteca bien surtida. En él nos encontramos con un músico increiblemente talentoso, capaz de grabar de forma impecable obras de compositores tan diferentes como J.S.Bach, Shostakovich o Arvo Pärt así como de tocar junto a los más grandes del jazz y a improvisar durante horas a un nivel extraordinario.


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