


Es uno de esos directores que conectan a su público con el lenguaje cinematográfico para recrear con imágenes todas aquellas cosas que escandalizan a la sociedad que intenta por todos los medios y de manera fallida, lograr: controlar a las personas y que salgan avante de la trágica y atrayente realidad que gobierna a los seres vivos: las pasiones, los placeres, los temores y la agresión. Y todo servido con honestidad y sin adornos. Lo que sucede en sus películas es lo que es y nada más. Es un espejo que como el cuento de "Blanca Nieves", escupe en la cara de quien se refleja una verdad que no quiere reconocer. Ese es su legado y sin duda su obra fílmica es una herencia imperdible. PARA RECORDAR.
"Crímenes de Pasión": La historia de un joven e inocente esposo insatisfecho (John Laughlin) con una mujer frígida (Annie Potts), quién termina perdidamente enamorado de esta callejera que venga el abuso policial usando el "bastón de mando" en quien lo porta, lo enamora y lo desborda de placer para llevarlo a descubrir el mundo por fuera de su cascarón. La soledad, la prostitución, la insatisfacción sexual, el abuso policiaco, hacen de este film un referente de este realizador.La sensual voz y la interpretación comprometida de Kathleen Turner imprime a la prostituta y redentora China Blue una humanidad y descaro sexual tan logrado que la actriz desaparece. Es sin duda, uno de los mejores papeles de la Turner quién ha sido relegada al olvido.

En la foto: Natasha Richardson (ya fallecida) y Julian Sands, en los roles de Mary y Percy Shelley en "Gothic".