Revista Cultura y Ocio

Kew Gardens y otros cuentos - Virginia Woolf

Publicado el 07 agosto 2017 por Elpajaroverde
"Del arriete ovalado brotaban cientos de tallos que a media altura se abrían en hojas acorazonadas o lanceoladas y desplegaban en lo alto pétalos rojos, azules o amarillos con motas de colores; de la penumbra roja, azul o amarilla de su garganta surgía una barra recta, impregnada de áspero polvo dorado  y algo abombada en su extremo. Los pétalos eran lo bastante grandes para mecerse en la brisa estival y, cuando se movían, las luces rojas, azules y amarillas se superponían y teñían un pedacito de la tierra parda del color más abigarrado. La luz caía sobre el liso lomo gris de un guijarro, o bien en la concha de vetas marrones y circulares de un caracol, o bien se proyectaba en una gota y dilataba sus finas paredes de agua con tal intensidad de rojos, azules y amarillos que parecía que iban a estallar y desaparecer. Pero en cuestión de segundos la gota recobraba su gris plateado y la luz se desplazaba a la carne de una hoja, revelando el entramado de fibras de su superficie, y de nuevo se movía para desplegar su luminosidad en los vastos espacios verdes que había bajo la bóveda de hojas acorazonadas y lanceoladas. Luego la brisa soplaba con más fuerza y el color refulgía en el aire, en los ojos de los hombres y mujeres que paseaban ese julio por los Kew Gardens".
Con esta explosión de colores y sensaciones arranca Kew Gardens, relato en el que los jardines que le otorgan el título nos hacen de majestuosos anfitriones. Son sus árboles, sus flores y praderas y su diminuta fauna los que nos presentan a los hombres y mujeres que por ellos pasean, abriendo para nosotros escenas en las que los detalles se encumbran en puntos reveladores de los atisbos de historias que nos dejan entrever. Así, es hermoso cómo recuerda el primer personaje con el que nos encontramos un episodio de su pasado, del que termina por concluir que fue necesario que ocurriera así para que su presente fuera tal y como es hoy, e igualmente de valiosos son el resto de fragmentos de historias que recogemos a nuestro paso por los jardines británicos.
Kew Gardens y otros cuentos - Virginia WoolfLa exquisita prosa de Virginia Woolf se combina en esta maravillosa edición de Nórdica, que es todo un regalo, con las magníficas ilustraciones de Elena Ferrándiz. Los dibujos de la gaditana tal parecieran estar sacados de un cuento. Y es precisamente en el maravilloso mundo de los cuentos en el que entramos de lleno con el segundo de los tres relatos que recoge este volumen.
En el mágico, poético y conmovedor Una casa encantada, la escritora londinense narra la historia de una pareja de fantasmas que han escondido un tesoro en una casa. El descubrimiento de ese tesoro conseguirá alumbrar y alegrar a los lectores.
"Pero los árboles tejían la penumbra para un errático rayo de sol. Tan hermoso, tan singular, sumergido bajo la superficie, ese rayo que yo buscaba ardía siempre tras el cristal. La muerte era el cristal; la muerte estaba entre nosotros. Primero visitó a la mujer, hace cientos de años, y la casa quedó abandonada, las ventanas selladas, las habitaciones a oscuras. Él dejó la casa, la dejó a ella, fue al norte, fue al este, vio salir las estrellas en el cielo del sur; buscó la casa y la encontró abandonada bajo las colinas. "A salvo, a salvo, a salvo", latía alegre el pulso de la casa. "El tesoro es vuestro"."
Y sí, el tesoro es nuestro y en este caso lo tenemos entre nuestras manos. Se trata del paseo por la narrativa breve de la ilustre escritora que nos ofrece Nórdica y que culmina con el magnífico La marca en la pared, el más woolfiano, sin duda, de los tres relatos.
"Cuando nos miramos cara a cara en los autobuses y los vagones del metro, miramos el espejo que refleja la mirada ausente y vidriosa de nuestros ojos. Los novelistas del futuro comprenderán cada vez más la importancia de estos reflejos, porque no hay un único reflejo, por supuesto, sino un número casi infinito; estas son las profundidades que explorarán, los fantasmas que perseguirán".
Estos son los fantasmas que persiguió Virginia Woolf en su obra literaria y que también persigue en el relato que nos ocupa. Poco le importa a ella extenderse en generalidades y descripciones de la realidad (lo importante son esos reflejos), como poco le importa a la mujer protagonista de La marca en la pared descubrir cuál es el origen de la misma. Se entrega a disertar y a hilvanar pensamientos porque "con qué facilidad nuestros pensamientos se arrojan sobre un nuevo objeto y lo levantan un poco, como hormigas frenéticas que alzan una brizna de hierba, para luego abandonarlo...". Y, sin embargo, esos pensamientos no por abandonados son olvidados. Las vías que abre Virginia Woolf en su mente y en la nuestra son campos sembrados de minas por explotar.
Al final se desvelará la causa de esa marca en la pared y, como si nuestro pequeño tour literario fuese una senda circular con origen y meta en el mismo lugar, nos sorprenderá gratamente descubrir en la pared de la vivienda de la alter ego de Virginia Woolf a un pequeño ser que nos acompañó por nuestro paseo por los evocadores Kew Gardens. Un broche de oro perfecto para un ratito de lectura tan entrañable como punzante.

Kew Gardens y otros cuentos - Virginia Woolf

Snail in the road, shell detail. Fotografía de Dave Huth


Os dejo a continuación enlaces a los textos en inglés y en español de los cuentos Una casa encantada y La marca en la pared y el booktrailer de Nórdica para la edición que reseño. Un paseo, en esta ocasión, por las bellas ilustraciones de Elena Ferrándiz. Las imágenes también pueden contar historias.
Una casa encantada
La marca en la pared

Ficha del libro:

Título: Kew Gardens y otros cuentos
Autora: Virginia Woolf
Ilustradora: Elena Ferrándiz
Traductora: Magdalena Palmer
Editorial: Nórdica
Año de publicación: 2016
Nº de páginas: 80
ISBN: 978-84-16440-61-0
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