Adieu, dit le renard. Voici mon secret. Il est très simple: on ne voit bien qu’avec le cœur. L’essentiel est invisible pour les yeux.
Le Petit Prince (Chapitre XXI)
El emirato de Qatar constituye una tierra en constante cambio y evolución desde 1971, año en el que dejó de ser un protectorado tras la decisión británica de abandonar el Golfo Pérsico definitivamente. Sus abundantes reservas de petróleo y gas natural proporcionan la base para la próspera economía de la nación, cuyos habitantes gozan de un elevado nivel de vida equiparable al de las naciones de Europa Occidental. El rápido crecimiento económico de los últimos años, debido principalmente al alto precio del petróleo y sus derivados ha convertido a Qatar en la nación con el PIB per cápita más alto del mundo.
Aunque se estima que sus reservas de hidrocarburos deberían durar al menos 37 años más, la política económica del emirato intenta centrarse en el desarrollo de actividades no asociadas a la explotación de sus recursos naturales, además de fomentar y aumentar la inversión privada y extranjera en sectores no energéticos. Estas actividades pretenden promocionar a Qatar como un importante destino turístico a través de dos focos principales de atención:
- El deporte (construcción en 2004 del Losail International Circuit con el fin de albergar el MotoGP de Qatar, celebración desde 1998 del torneo de golf Masters de Qatar, sede de la Copa Mundial de Fútbol 2022, sede de la Asian Cup en 1988 y 2011, Qatar ExxonMobil Open de tenis…)
- La cultura (fundación de la Qatar Philharmonic Orchestra, Doha-Capital de la Cultura Árabe 2010, Fanar-Qatar Islamic Cultural Centre, Qatar Foundation, Cultural Village-Katara…). Mención aparte merece la importante apuesta museística que el estado está realizando a través de la QMA, donde destacan el impresionante Museum of Islamic Art diseñado por I.M. Pei, el Mathaf-Arab Museum of Modern Art y el proyecto para el Qatar National Museum diseñado por Jean Nouvel que se inaugurará en diciembre 2014.
El actual emir de Qatar es el jeque Hamad bin Jalifa Al Thani, que es quien ha liderado este proceso de modernización del país desde que en 1995 arrebatase de forma incruenta el poder a su padre, Khalifa bin Hamad Al Thani, mientras éste pasaba sus vacaciones en Suiza. Ambos pertencen a la dinastía de los Al Thani, que ha estado ligada ininterrumpidamente a la historia de Qatar desde 1868. Por ello no podriamos encontrar un mejor embajador que un miembro de la mencionada familia real para descubrirnos los secretos mejor guardados del desierto que ocupa la mayor parte de la península qatarí. Esta es precisamente la propuesta que realiza Khalid Bin Hamad Al Thani (Doha, 1980) en su exposición Here is My Secret, celebrada en la QMA Gallery localizada en Katara, el “Cultural Village” creado en Doha, desde el 18 de diciembre ’10 hasta el 19 de febrero ’11. El corpus de la muestra se compone de 120 fotografías en platino y en miles de negativos que posteriormente serán donados al National Museum of Qatar para pasar a formar parte de su fondo artístico.
La exhibición se complementa con un impresionante catálogo diseñado por el curador de arte Gerhard Steidl para la editorial que lleva su nombre. En sus 160 páginas compila más de 85 fotografías cuidadosamente seleccionadas por el artista en lo que probablemente sea el documento que más brillantemente muestra el hasta ahora ignorado patrimonio natural qatarí al resto del mundo y que quizás sea el comienzo de una prometedora carrera artística para Khalid Al-Thani.La muestra además trata de establecer un nuevo y único lenguaje fotográfico propio del artista. Recientemente licenciado en empresariales por la Qatar University, este gran aficionado de los vehículos a motor orientó su atención hacia la inmensidad del desierto y desde noviembre de 2008 hasta diciembre de 2010 ha realizado incontables expediciones en el desierto al volante de un Toyota 4×4. Con una cámara Leica el fotógrafo intenta documentar la humilde belleza del desierto para hacerlo accesible a una audiencia internacional. De este modo descubrimos que lo que en un principio aparenta ser una planicie baja y estéril cubierta de arena, en realidad esconde una belleza incomparable si se sabe mirar correctamente. La fauna compuesta por gacelas, caballos, dromedarios, conejos u órices otorga un dinamismo sublime a algunas de las instantáneas, en contraposición a la quietud y soledad que transmiten algunos de los árboles y arbustos que componen la flora del desierto. Al Thani sabe que la belleza reside en los pequeños detalles que ofrecen los dibujos aleatorios de la madera seca, en los surcos que el viento dibuja en la arena, en las grietas de una roca, o en un cielo estrellado. Cada imagen constituye un diminuto y fugaz poema creado por la naturaleza que ha quedado atrapado para la posteridad a través de la lente de una cámara.Sin embargo, el factor determinante que realmente otorga a la obra fotográfica de Al-Thani su carácter artístico y no meramente documental es el proceso fotográfico con el que se han obtenido las imágenes: la platinotipia. Se trata, sin lugar a dudas de la modalidad fotográfica más sublime, que convierte cada imagen en una revelación visual cargada de matices cromáticos, con una rica gama tonal que abarca desde el negro más “caliente” hasta un delicado blanco, pasando por un impresionante marrón rojizo y un amplio rango de tonos grises medios que serían imposibles de obtener mediante el tradicional proceso de impresión de plata. Desde un punto de vista técnico, la mayor diferencia que ofrece la platinotipia con respecto a otros procedimientos de revelado es que el platino (o el paladio) se encuentra en la superficie del papel, mientras que la plata se encuentra en una emulsión de gelatina o albúmina que cubre el papel. Como resultado, la imagen final está formada por platino impregnado en el papel, lográndose así una superficie completamente mate, con mayor densidad tonal, y con unos tonos oscuros mucho más suaves que los producidos en las fotografías con base de plata. Todo ello contribuye a lograr una imagen más viva y tridimensional que ha cautivado tanto a artistas como a coleccionistas a lo largo de la historia de la fotografía.Sin embargo las impresiones de platino no sólo son increíblemente bellas sino que también destacan por su extremada durabilidad, ya que sus metales (el platino y paladio) son incluso más estables que el oro, por lo que se estima que una imagen de platino realizada adecuadamente puede durar miles de años. La imagen resultaría tan resistente como el acero o la piedra, e hipotéticamente podría incluso perdurar más allá que el soporte de papel que la contiene, siendo el medio idóneo para capturar momentos históricos de forma que se perpetuen en el tiempo para generaciones futuras.
Platinum is the prince of media.
Alfred Stieglitz
Aunque durante la primera mitad del siglo XIX hubo varias investigaciones acerca de las propiedades lumínicas del platino, no fue hasta 1873 cuando se le concede a William Willis la primera patente para el proceso de platinotipia, mediante la cual, tras algunas transformaciones posteriores, a primeros del S.XX logró comercializar con éxito el papel fotográfico necesario para el revelado a través de la Platinotype Company. Las notables características estéticas de esta técnica, unidas a la viabilidad comercial del proceso, captaron el interés de los fotógrafos pictorialistas de principios de siglo (Peter Henry Emerson, Robert Demachy, Alvin Langdon Coburn, Heinrich Kühn, Léonard Misonne, José Ortiz Echagüe, Comandante Puyo, James Craig Annan, Richard Polak, Josep Maria Casals Ariet, George Davison, Lionel Clark, Hugo Henneberg, Josep Massana, Fred Holland Day, Gertrude Käsebier, Edward Steichen, Clarence Hudson White, Frederick Henry Evans, Joaquim Pla Janini…) quienes la emplearon como herramienta para reclamar el empleo de la fotografía como forma artística al mismo nivel que la pintura u otras artes plásticas.
Platinum is on the extreme margin of photographic subtlety.
George Bernard Shaw
Sin embargo esta técnica fue abruptamente interrumpida tras el estallido de la I Guerra Mundial, debido a la escasez del material (Rusia poseía el 90% de las reservas mundiales de platino, y el poco material del que se disponía era empleado casi mayoritariamente para fines estrictamente militares). Tras la llegada de la paz fueron Alfred Stieglitz y sus discípulos (Paul Strand y Clarence White), además de Edward Weston (durante su primera y más brillante etapa), Edward S. Curtis, Irving Penn o Manuel Álvarez Bravo los que resucitaron este proceso, aunque nada volvería a ser lo mismo debido a los precios prohibitivos que el material había alcanzado (en el momento en que Willis comenzó a utilizar la platinotipia el platino era un producto relativamente barato al compararlo con la plata, pero tras la guerra era 52 veces más caro que la plata). Esto tuvo dos consecuencias fundamentales que determinaron el devenir histórico de este procedimiento fotográfico :
- Se comenzó a investigar con otros metales de la familia del platino, como el paladio, el iridio, el rodio o el osmio, que poseían unas propiedades físicas y químicas muy similares al platino y que además eran más baratos y fáciles de conseguir. En particular el paladio se llegó a convertir en un sustituto casi perfecto del platino, aunque la imagen que se obtiene resulta un poco más cálida y tiene un poco más de contraste. Por ello hoy en día, bajo la denominación de platinotipia lo que en realidad se emplea es una combinación de platino y paladio que han de ser mezclados artesanalmente. Esto no sólo permite modificar el contraste y la calidez de la imagen monocroma final a voluntad del artista, sino que también proporciona cierto valor de obra única a la platinotipia, al no existir dos impresiones exactamente iguales. Sin embargo esto no fue suficiente para el fotógrafo pictorialista Frederick Henry Evans, quien se negó desde el primer momento a emplear sustituto alguno y abandonó definitivamente la fotografía cuando el platino dejó de estar disponible.
- La Platinotype Company de Willis y otros productores fotográficos como Eastman Kodak dejaron de fabricar el papel fotográfico necesario al dejar de ser viable económica y comercialmente hablando. Por ello al no existir papeles sensibilizados en el mercado el fotógrafo que desee utilizar esta técnica debe prepararse su propio papel mediante la distribución de la mezcla. Esto convierte la platinotipia en nuestros días en un proceso completamente artesanal (además de carísimo) que pocos artistas están dispuestos a acometer. Entre estas rara avis encontramos a Laura Gilpin y Joan Meyers, dos fotógrafas estadounidenses quien al igual que Al-Thani encuentran su inspiración en la delicadeza que ofrecen los paisajes áridos y aparentemente desolados. Meyers destaca el hecho de que esta técnica le permite estar presente y controlar todas y cada una de las etapas del proceso fotográfico, lo cual es sumamente importante en el campo de la fotografía documental.
I have always loved the platinum printing process. It’s the most beautiful image one can get. It has the longest scale and one can get the greatest degree of contrast. It’s not a difficult process; it just takes time.
Laura Gilpin
Al Thani nos ofrece, en Here is My Secret, la penúltima página en la historia de la platinotipia. El éxito de esta muestra reside precisamente en el contraste entre lo exclusivo e inaccesible del soporte de platino (como metáfora del próspero momento económico por el que atraviesa el reino qatarí) y lo humilde del objeto fotografiado, mostrando de este modo que la belleza no es patrimonio exclusivo de unos pocos, sino que se trata de una res nullius al alcance de todo aquel que, como Al-Thani quiera salir allí fuera y encontrarla.
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