El khol actualmente es de uso universal en tanto cosmético pero apareció por primera vez en Oriente Medio, África y el sur de Asia hace más de 3.100 años. Sombreando los párpados y delineando los ojos describe , en algunas culturas, el rango social y aleja los malos espíritus.
En el Antiguo Egipto su uso quedaba restringido a la nobleza, mientras que las mujeres somalíes aún lo utilizan contra el mal de ojo. En Marruecos, sobre todo en la zona del desierto, tanto las mujeres como los hombres bereberes lo emplean con doble finalidad: salud y estética. Está comprobado que previene infecciones oculares, muchas veces causadas por los vientos del desierto.
El khol original está compuesto por galena molida o carbón vegetal que le da esa tonalidad oscura. La cosmética actual lo fabrica en otros colores pero a base de tinturas sintéticas. Como delineador, se lo aplica con un palillo de madera colocándolo sobre el párpado inferior y, cerrando los ojos, se lo desliza hacia la comisura exterior. Se trata de un proceso que se debe realizar cuidadosamente ya que el khol es volátil y se esparce con demasiada facilidad. El resultado es un marco natural del ojo que ilumina especialmente la mirada.
Teleaire. Com consultó a Carlota Miranda Largo, viajera española que conoce bien el noroeste africano, quien no duda en elegir khol como recuerdo de Marruecos. Incluso ha esparcido los secretos del cosmético a través de blog: www.notelotomescomoalgopersonal.blogspot.com.ar.