Kichay, de Alejandro Romera

KichayAlejandro RomeraISBN: 978-989-697-847-1Formato: Tapa blanda– 76 PágsEditorial: Chiado Editorial

¿Es posible enamorarse de unos pies?, ¿puede un pequeño niño transformar el mundo?, ¿podría ser capaz un león de abrir cerraduras?, ¿qué harías si en tus manos cayese un libro infinito? Las cosas no siempre son lo que parecen. El mundo está lleno de sucesos sin sentido y nos aferramos a la lógica con frecuencia para intentar comprenderlos, pero ¿dónde está la frontera entre lógico e ilógico, entre fantasía y realidad? El conformismo, la obsesión, la rebeldía o el arrepentimiento son algunos de los temas que encontraremos en estas páginas. Quince textos para bucear en lo más hondo de nosotros mismos y reflexionar sobre nuestra esencia y nuestros actos.

Mi afición a los libros de relatos no tiene fin, y por tanto, tengo algunas reseñas pendientes del año pasado. Lo que seguro que no tiene fin es mi desastre… Pero visto que este año muchos de vosotros vais estáis participando en el reto de Dsdmona de antologías, este os va a venir de perlas, y quizá así compense el retraso.
Esta recopilación cuenta con 15 relatos bastante cortos que engloban casi todos los géneros. Por lo variado de ellos, el registro cambia en cada uno: algunos son narrados en tercera o primera persona, con un léxico más elaborado o más coloquial. Incluso cuenta con uno, El viaje, con un claro acento mexicano. También viajamos a distintas ambientaciones, desde Asturias (porque supongo que ese guiño al Sporting no será el de Lisboa) pasando por Hispanoamérica o Ruanda.
Todos despiertan alguna sensación en el lector, ya sea empatía o un despertar de la conciencia. Ya lo podemos ver según comienza con Una vuelta al mundo, que nos hace pensar sobre la justicia de la vida, en el porqué de lo que está arriba y lo que está abajo, y todo lo que nos viene impuesto.
Kichay, el relato que da nombre a la antología, es una curiosa historia sobre un libro que cambia cada vez que lo leen. Pero a su vez, también nos hace reflexionar sobre lo que de verdad nos aporta la lectura: hermosura, entretenimiento,… y de cómo la disfrutamos.
Para mí, los tres relatos que mas me han gustado son:

• La mirada de Amanda, una conversación de un hijo con su padre que realmente pone los pelos de punta.
• Platos rotos, una carta de amor un poco fantasiosa y bastante bonita
• Cuando la noticia calla, una reflexión sobre los “finales” de las guerras.

Curiosamente todos ellos tienen una narración directa hacia alguien, siendo la ultima la más etérea de todas. Supongo que el hecho de que me hayan impresionado algo más que el resto se deba precisamente a eso, a la forma tan rotunda de decir las cosas, aunque sea discretamente o entre líneas (a pesar de que esto parezca una contracción)
La lectura es muy fluida, y podemos pasar de uno a otro sin pausa. A mí me ha durado menos de 24 horas, y no creo que a vosotros os suponga ningún problema terminarlo en unos días. De hecho, mientras escribía esta reseña, he ido releyendo algunos de los que tenia marcados con una cruz… y volvería a leerlo entero.
Si ya de por si suele ser difícil hablar de un libro de relatos, con este me cuesta un poco más: por su corta extensión, por lo variado de lo que cuenta… Lo mejor es deciros lo menos posible y animaros a leerlo. Todos tienen en común la vuelta de tuerca, el hacer pensar un poco más al lector. Además de un buen pulido y un estilo especial que me ha hecho apuntar el nombre de Alejandro Romera en la lista de autores a seguir. Os recomiendo Kichay, seáis o no amantes de los relatos.