Que segundas partes no sean buenas tampoco significa necesariamente que las segundas partes sean malas. De hecho, creo que la segunda parte de Kick Ass es tan buena como la primera, aunque la primera jugaba con la ventaja de la sorpresa que pudiera causar en el público la presentación de los variopintos personajes de esta saga.
En su momento fueron bastante sonadas las declaraciones de Jim Carrey, que tiene un papelazo en esta segunda parte, en las que decía que se desentendía de esta película porque creía que era demasiado violenta. Pues bien, creo que esa es la razón por la que a los que nos gusta tanto Kick Ass nos ha gustado también Kick Ass 2: porque dan tanta caña o más de la que dieron en la primera parte.
Para ser sinceros, las películas de superhéroes ya no me gustan. Ya me han cansado. Además, la calidad de las mismas se respeta cada vez menos en favor de ofrecer simplemente al público un suculento espectáculo de efectos especiales. Sin embargo Kick Ass es otro rollo. Si te sientas a ver Kick Ass es porque te quieres partir el ass, ni más ni menos. Quieres chistes bobos, quieres personajes patosos y ridículos, muchas tortas y buena música. Y eso es Kick Ass, y como no pretende ser más, nos deja a todos a gustísimo.
Aun siendo una película que, en mi opinión, no está hecha nada más que para entretener, se aleja bastante de lo que yo denomino cine palomitero, pues ofrece un tipo de entretenimiento muy particular y de calidad. Eso sí, no es para todos los públicos, y no solo porque esta no sea una película para llevar a los niños al cine, es que tiene un humor tan delicado, o más bien todo lo contrario, que puedo entender que no sea del agrado de todos.
No puedo hablar del reparto sin mojar braga porque tengo que reconocer que cuando hace ya unos años fui a ver la primera parte de Kick Ass, iba sin tener ni idea de lo que iba a ver, guiada solo por el culazo de Aaron Johnson, culazo del que se puede volver a disfrutar en esta segunda parte. Pero creo que mientras la gran sorpresa de la primera película fueron Chloë Grace Moretz, niña con una gracia terrible que en esta segunda parte ya es una adolescete QMF, y su papá Nicolas Cage, el toquecito de gracia de Kick Ass 2 lo pone Jim Carrey, el que luego renegaba de lo que había hecho, habiendo sido ese violento personaje su mejor trabajo en los últimos diez años por lo menos.
Si te gustó la primera te gustará la segunda, así de simple. Y por lo tanto, si no te gustó la primera, luego no digas que no te avisamos. Copón de película para esta segunda parte de Kick Ass tan disfrutable. Y a esperar a la tercera, que queremos más.