Muchos eran los adolescentes (y los que no lo son ya) que estaban esperando segunda entrega de ‘Kick-Ass’, como el que espera sentado a que abra la tienda de comics para poder comprar y deleitarse con las aventuras de su superhéroe favorito. Pues ese día, el viernes 30 de agosto marcado con rojo en el calendario está a la vuelta de la esquina y podrán comprobar si el poder de entretenimiento que tenía la primera película sigue presente.
¿Ahora que Hit Girl no tiene a Big Daddy hará equipo con Kick-Ass? ¿Éste al encontrar el amor y ver que no está tan preparado para ser un superhéroe colgará su disfraz? ¿Bruma Roja querrá vengar la muerte de su padre? Un sinfín de preguntas se nos venían a la cabeza al terminar el primer capítulo de las aventuras de este valiente adolescente pajillero con ganas de impartir justicia que nos son resueltas en esta película. Gracias a su valor Kick-Ass ha alentado a más ciudadanos anónimos a aventurarse a la hora de hacerse superhéroes, lo que anima al propio Dave a seguir con su alter ego. Al contrario Mindy, convertida ya en una adolescente, parece dejar a un lado su antifaz y recuperar esa infancia que su padre le había “robado”. Pero al aparecer en escena Motherfucker, el primer supervillano real, las cosas van a cambiar.
Se viene hablando mucho de esta película comparándola con su predecesora, que si tiene más acción, más gamberrismo e incluso que es más violenta más violenta (recordad la negativa de Jim Carrey de promocionar la cinta por su exceso de violencia). La respuesta a estas preguntas es un sí. No solamente Aaron Taylor-Johnson se ha puesto cachas para la película. Las escenas de acción han crecido, se han vuelto casi vigoréxicas en este nuevo episodio.¿Más gamberra aún que la primera? Pues probablemente, en ésta no se privan a la hora de hacer chistes sexuales, bromas racistas a la hora de poner nombres a los villanos e incluso escenas de lo más escatológicas. Y en lo que viene a ser el tema de las ostias creo que el bueno de Jim Carrey exageró un poco, aunque hay una buena cantidad (quizá esas declaraciones de Carrey eran la mejor promoción para la película que se puede hacer).
Después de leer esto pensaríamos que es una versión 2.0 mejorada de su predecesora. Pero no, esto no va así. El cine no son son matemáticas y a veces la suma no funciona. Lo novedoso de la primera entrega aquí se convierte en predecible. Esa sonrisa que se nos dibujaba en la cara cada vez que sonaba una canción hipervitaminada mientras Hit Girl repartía mamporros ahora se nos transforma en una sensación de dèjá vu. Uno acaba agotado de la de veces que se cuestiona la razón por la cual son necesarios los salvadores en la vida real. Además, una cinta que quiere dotar de realidad a este mundo fantástico resulta menos verosímil que muchos blockbusters del género. Solo la genial Chloë Grace Moretz consigue aportar algo nuevo respecto a su personaje de la película de 2010, mostrando un lado que no se podía apreciar debajo de su peluca morada.
Al igual que para Nicholas Cage supuso un aire fresco a su carrera la intervención en ‘Kick-Ass‘ yo pensé que supondría algo parecido para Jim Carrey, con una carrera algo apagada en la actualidad. Pero mi gozo en un pozo. La intención está ahí, se nota, incluso se llega casi a degustar, pero el personaje del Coronel Barras y Estrellas se queda desdibujado, a medio camino y si estar todo lo aprovechado que se debería.
En ‘Kick-Ass‘ uno se encontraba ante una parodia divertida y realista del mundo de los comics. Una sorpresa tras otra que esta segunda parte se encarga de volver previsible e irreal. En esta ocasión la parodia parece de la propia ‘Kick-Ass‘. Esperemos que en la tercera parte se arregle el entuerto.
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