Homenaje estético al cine oriental de samuráis, a sus mafias, y a la sangre expulsada a borbotones; a la par, Tarantino no se olvida de su más que típica y tradicional idea de cine: violencia, diálogos contundentes (en este caso muchos menos) y repartición argumental en capítulos. A mayores, ¿quién no recuerda su archiconocida banda sonora?
Mi Puntuación: 7.2