Kingdom Hearts es, quizás, el juego de rol japonés que contiene la historia más bonita, redonda e imaginativa de toda la historia del videojuego. Resulta sorprendente afirmarlo a día de hoy, pero lo mejor que tenía era su sencillez.
Sin embargo, llegaron las siguientes entregas y pese a que Chains of Memories e incluso la segunda parte daban el tipo a nivel argumental, se escapaban de la premisa original del título: contar un inocente cuento de amistad y amor. ¿Cómo es posible que esto se haya convertido en una saga que ningún jugón es capaz de explicar? ¿Cuantos clones tiene cada personaje entre nobody, heartless, etc, etc? En fin. Si por lo que sea no habéis podido disfrutar de este juego en vuestra PS2, éste es un buen momento; y no os penséis que la inclusión de RE: Chains of Memories es una cosa sin importancia porque es un grandioso título.