Un film que ha despertado la ira de los medios tradicionales con críticas salvajes e injustas. Una nueva película basada en un videojuego.
Cuando hablamos de proyectos a gran escala dentro del mundo del videojuego, una de las empresas que más y mejor ha sabido hacerlo ha sido Square Enix. La empresa nipona ha sabido conjugar la gran expectación que está levantando 'Final Fantasy XV' para traernos una nueva superproducción al mundo del celuloide.
Después de una primera aventura por el ya lejano año 2001 con 'Final Fantasy: La fuerza interior', Square Enix nos trae una película dirigida por Takeshi Nozue y realizada de forma integra por ordenador, la cual nos relata los acontecimientos previos al inicio de 'Final Fantasy XV'.
Tras una serie de combates, Noctic, el protagonista de 'Final Fantasy XV' y heredero de Lucis, debe escapar del reino. A pesar de los conflictos, ambas naciones intentan hacer un pacto por la paz, pero después de una serie de traiciones y giros argumentales, la cosa no acaba en buen puerto.
Antes de ver 'Kingsglaive: Final Fantasy XV' no tenía ninguna duda de que me iba a sorprender a nivel técnico, y no solo no me ha decepcionado, sino que ha superado mis expectativas. Estamos ante la película de animación mejor realizada. Los rostros y las expresiones faciales de los protagonistas son simplemente impresionantes, y algunas ocasiones no diferenciaremos de si están realizadas por ordenador o son actores reales.
'Kingsglaive: Final Fantasy XV' en términos generales es una película entretenida. Como preludio a lo que nos espera en 'Final Fantasy XV' sin duda cumple con todos sus objetivos. El espectador se introduce en la historia, empatiza con personajes que suponemos que en el juego tendrán relevancia, y hace que se nos quede el cuerpo con ganas de más de este conflicto entre Lucis y Niflheim...