En otras ocasiones, hemos hablado de adaptaciones cinematográficas, basadas en cómics creados por genios de la viñeta como Stan Lee, Jack Kirby, Joe Simon, Bob Kane, Jerry Siegel, Frank Miller o Alan Moore. Hoy le toca el turno a dos estrellas como el dibujante Dave Gibbons (dibujante de Watchmen) y el guionista Mark Millar de cuya mente han salido novelas gráficas que han sido llevadas al cine, recordamos títulos como la flojita Wanted, la original y violenta Kick Ass o Kingsman: Servicio secreto. En palabras del autor, esta película es una mezcla entre James Bond y My fair lady.
La dirección ha corrido a cargo de Matthew Vaughn, que ha participado en producciones interesantes, entre las que destaca X-men: Primera generación, lo que le avala en este subgénero que será uno de los que caracterice al siglo XXI. Este largometraje es una vuelta de tuerca a las andanzas de espías, pues, de algún modo, nos explica como un hombre descubre su vocación, explicando en qué consiste o cómo preparan los servicios secretos a sus agentes. La película es entretenida y original, pero es menos realista y más incompleta que el cómic a la hora de explicar que la formación de espías tiene por objeto salir airoso de cualquier situación. En contraposición con lo positivo, no nos ha parecido demasiado acertada la secuencia dentro de una iglesia evangélica (que no aparece en el cómic), pues tilda a los cristianos de fanáticos, burlándose de sus principios como su defensa de la vida o la fidelidad matrimonial. No quiero pensar que hubiera ocurrido si esa situación se hubiese desarrollado en una mezquita o sinagoga.
Agradecemos a Panini por la gentileza de enviarnos un ejemplar con lo que hemos podido compararlo con el largometraje. La citada editorial advierte de que se trata de una obra para adultos con lo que se ha intentado suavizarla para acercarla a un público juvenil y adolescente, parodiando de un modo original al género y eliminando las escenas de cama, pero aumentando la violencia. Por otra parte, si la historieta alcanza el notable, la película se queda en un simple aprobado. En el cómic, los supervillanos sufren algunos cambios buscando lo políticamente correcto, ya que el guardaespaldas de la prótesis metálica es una mujer y el jefe blanco pasa a ser negro. También llama la atención que en la nóvela gráfica el protagonista y el agente que le enseña son sobrino y tío respectivamente, mientras que en la cinta no guardan ninguna relación de parentesco.
El cómic, aunque me parece más frívolo en algunos aspectos, profundiza bastante más en el valor de la familia y el tema del desarraigo, porque el veterano agente necesita de calor humano, pues ha llevado una vida alejada de la estabilidad familiar. En el tebeo, el tío del chico insiste en que la lectura es la pieza clave para promocionarse en la vida. Este hombre intenta redimirse proporcionando al chico una segunda oportunidad que les enfrentará a un multimillonario ecologista que intenta salvar al mundo, haciendo una criba de seres humanos.
Del elenco de actores que conforman este producto destacan por encima de todos la presencia del oscarizado por El discurso del rey, Collin Firth que será el “maestro” del actor Taron Egerton. Por cierto, Samuel L Jackson tiene mucha importancia en la historia, pero no da la talla que se le supone (publicado en Pantalla 90).