Cuando tenga un millón
descansaré el domingo
a la deriva total
que apuro tienen los ricos
Cuando tenga un millón
cuando seamos ricos
en la proa descalzo
te quitare el vestido
Eduardo Gatti
Estoy en una època en que siento miedo por lo que puede pasar, sobre todo cuando veo al único abuelo vivo que tengo, a mis padres que ya son mayores y al tiempo que ya nos tiene en el medio de un puente colgante, del que no se puede regresar, mientras en el fondo se observa un cañón profundo. Por lo mismo en momentos como estos es que ademàs de tratar de estar consciente de lo importante que son los momentos vividos, de las fotos, de tocar y abrazar. Que tambièn siento la necesidad de querer a mis amigos, de tenerlos cerca, de disfrutar cada conversaciòn, de cada logro y de cada sueño... porque siento que es la verdadera forma de ir creciendo, sòlos no llegaremos tan lejos.
Esto vale tanto acà en Chile como en cualquier lugar de Àfrica, como donde se encuentran Kini (Vusi Kuneney) y su amigo Adams (David Mohloki) que desde hace un rato comparten un sueño, en medio de la desoladora pobreza agraria que la sabana africana tiñe en la piel, estàn empeñados en arreglar un viejo auto que estaba siendo carcomido por el sol, que mejor que restaurar el auto, tomarlo y salir del campo para partir a la ciudad, colocarlo de taxi y comenzar asì a salir de la pobreza. Asì cada tarde cuando el rojo sol que el crepùsculo dibuja en el horizonte africano los amigos volvìan soñar en el momento en que ese motor rugirìa el nuevo futuro.
Pero la vida de ambos era distinta Kini estaba casado con Aida (Nthati Moshesh) una hermosa mujer y ambos tenìan una hija llamada Bongi (Sibongile Mlambo), como muchas mujeres se encarga de aterrizar las añoranzas de escape en cuatro ruedas, porque por ahora màs importante que andar buscando un carburador para el auto, es tener un rodillo para el pozo y comprar comida o ropa... incluso una cama màs firme. Sin embargo ella junto con colocar las prioridades de un familia, està consciente de la amistad de Kini y Adams por lo que respeta sus sueños.
Un dìa llega un buen rumor desde los vecinos, la vieja cantera volverà a funcionar, con lo que los hombres pueden volver a trabajar en el lugar y de algùn modo tratar de mejorar las condiciones de vulnerabilidad que ya tienen, ambos gracias a un viejo acertijo encuentran trabajo donde son supervisados por Ben (John Kani) que descubre las capacidades de Kini, encargàndolo de los explosivos y luego como jefe de cuadrilla. Mientras Adams siguiò en el mismo puesto ahora a cargo de su amigo. Esos pequeños logros de Kini parecieron subirle los humos a la cabeza y con un despotismo comenzò a trabajar a sus excompañeros, mientras Adams tampoco se acostumbra a ver a su amigo en ese tono.
Sin embargo ambos hacen el esfuerzo de seguir con su sueño, ahora que Kini tiene màs recursos puede buscar esa pieza que tanto falta para que el viejo auto salga de ese lugar que por años estuvo... y cuando la amistad ya estaba trizàndose lentamente, el arreglo definitivo del auto parece fundir nuevamente los sueños de ambos. Muchas veces el mundo que soñamos es muy distinto cuando hemos cumplido los objetivos, estamos todos los dìas a prueba donde estamos, el amor, la amistad, el trabajo no son cosas seguras, menos aùn la vida misma... por lo mismo la construcciòn de lo que soñamos està dirigida por las casualidades que el azar tambièn entrega. Kini y Adams lo viven diariamente en un lugar que para muchos parecerìa ser habitado por la monotonía. Idrissa Ouedraogo se va transformando en uno de los importantes nombres que el cine africano posee y que durante este mes de octubre revisaremos con nuevas vidas en treinta y cinco milìmetros.
Saludos a todos.
Bonus Tracks
1.- Pelìcula en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Kini and Adams en Wikipedia
4.- Trailer