Laura y Herman son estudiantes de instituto y están enamorados. Cuando pasan juntos un fin de semana aparece de pronto el profesor Landzaat, que acaba de mantener una relación con la propia Laura. Landzaat desaparece y los medios de comunicación se hacen eco. Inspirado en este suceso, M escribió Ajuste de cuentas, su más exitosa novela. En la actualidad, el tiempo de la novela, pasados muchos años, el vecino de abajo del escritor demuestra un obsesivo interés por él.
La compleja novela se mueve en varios planos: lo que ocurrió entre Laura y Herman, qué pasó de verdad con Landzaat, el proceso de escritura de la novela de M. y qué buscaba realmente escribiendo esa historia. Koch ha escogido una difícil estructura metaliteraria en la que envolver sus personajes convirtiéndolos la mayor parte del tiempo en personajes al cubo, según se hable de ellos como sujetos del suceso que ocurrió, o del texto que está armó M, o de la actualidad (tiempo de Estimado señor M.).
Entre la historia de amor adolescente, de pocos rasgos originales y la desagradable liaison profesor-alumna, emergen otros asuntos que dan más personalidad al libro: complejas relaciones padres-hijos (por enfermedad, abandono o infidelidades), contundentes opiniones sobre la vida literaria (M y sus actos públicos, M y otros escritores, editores, admiradores, etc) o el no poco frecuente caso escritor consagrado mayor-esposa joven y aparentemente entregada.
Koch (Arnhem, Holanda, 1953) sorprende en cada historia porque no evita abordar cuestiones sociales polémicas. En La cena fue la violencia juvenil extrema y gratuita y la cuestión educativa. En Casa de verano con piscina la inconsistencia de relaciones sentimentales sin compromiso. En esta tercera novela vuelven a aparecer la ambigüedad moral, la hipocresía y la violencia de la burguesía acomodada, se describen comportamientos permisivos, nihilistas y frívolos, manifestados, entre otras cosas, en que unos y otros se hacen daño de múltiples formas, también usándose sexualmente a voluntad.
Koch es provocador, ácido y sarcástico, aunque hasta ahora solo ha logrado sorprender un poco sin cerrar aún una novela de auténtico peso. Ha demostrado capacidad a la hora de describir, no tanto de explicar y menos de solucionar.