Por sus vestimentas, rasgos físicos y tatuajes, los familiares ya reconocieron a 14 cadáveres de los músicos colombianos que habían sido contratados para actuar en una fiesta privada en un local llamado “La Carreta” en la localidad de Hidalgo y resultaron secuestrados y asesinados por un cártel de drogas de México.
La Procuraduría de Justicia del estado reveló que algunos cuerpos tenían múltiples golpes en el tórax y la cabeza. Y en todos se confirmó el tiro de gracia.
En la madrugada del 25 de enero, los miembros de Kombo Kolombia fueron secuestrados, pero una de las víctimas logró escapar y avisó a las fuerzas de seguridad.
Jorge Domene, vocero de Seguridad de Nuevo León, dijo en una entrevista radial que el móvil del homicidio sería una venganza o ajuste de cuentas. Y afirmó que los colombianos solían tocar en bares donde se perpetraron diversos crímenes.
Los trabajos de búsqueda del personal forense, Protección Civil y policías continúan en los alrededores de Mina para certificar que no haya más cuerpos en el lugar.
