Revista Cultura y Ocio

Komusō, los monjes de la meditación sonora

Por Dario @darijapan
Durante el Japón feudal surgió una clase de monjes mendigantes llamados Komusō (monjes del vació), los cuales tenían el privilegio de viajar cruzando fronteras libremente. Estos monjes vagabundos pertenecían a una rama llamada “Fuke” del budismo zen, y vivían prácticamente de las limosnas que les daban por tocar la flauta durante sus largas peregrinaciones.

Komusō, los monjes de la meditación sonora

Komusō - Photo credit: 松岡明芳 (CC BY-SA 3.0) Vía Wikimedia Commons

Los monjes Komusō eran muy fáciles de reconocer, ya que llevaban una canasta de mimbre en la cabeza llamada Tengui (天蓋)  la cual simbolizaba “la ausencia del ego”. En su secta la flauta Shakuhachi era de suma importancia, ya que con ella tocaban unas piezas conocidas como Honkyoku (本曲), las cuales servían para meditar y alcanzar la iluminación. Solían hacer largos viajes a otros templos para aprender y desarrollar nuevas piezas. Otros directamente viajaban sin rumbo alguno y vivían de tocar la flauta en eventos especiales como ceremonias, y también estaban los que se dedicaban a hacer distintos trabajos dentro de los templos.

Komusō, los monjes de la meditación sonora

Photo credit: Tarourashima (Dominio público) Vía Wikimedia Commons

Los ninjas, Rōnin y muchos viajeros solían utilizar las vestimentas de estos monjes para infiltrarse en ciertos lugares sin ser reconocidos. Debido a esto, los Komusō empezaron a ser vistos como poco fiables, y como consecuencia comenzaron a ser más vigilados. Esa gran libertad que tenían para cruzar fronteras se fue restringiendo cada vez más, para evitar el ingreso de espías en ciertas zonas. Por otra parte muchos samurái sin señor terminaban ejerciendo esta religión, y por eso estos monjes eran vistos como algo peligroso para el gobierno.

Finalmente durante la restauración Meiji, cuando Japón se encontraba pasando por fuertes cambios, el gobierno abolió a la secta Fuke. Por fortuna varias piezas Honkyouku pudieron preservarse, y hoy en día se siguen practicando por los monjes que continúan con la religión. Si bien en el pasado la imagen de los Komusō fue manchada por los diferentes sucesos como los que mencione antes, actualmente la tradición de la secta Fuke fue revivida, y podemos ver a estos monjes tocando el Shakuhachi en muchos festivales y eventos religiosos de Japón.
¿Que te ha parecido la historia de estos monjes?

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