La ciudad amurallada de Kowloon fue demolida en 1993, construyendose en su lugar un parque de estética tradicional china. Hasta ese momento había sido una anomalía urbanística herencia de la historia colonial de Hong Kong. Fue, durante décadas, un pequeño exclave de China ubicado en el Hong Kong británico. En un principio amurallada, se convirtió en un reducto con una intensa actividad comercial, sobre todo la ilegal de opio y alcohol. Desaparecido el muro de piedra, la ciudad crecía cada día sin control.
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Nuevos edificios se erigían encima de las azoteas de los antiguos. Sin arquitectos, sin ingenieros, simplemente apoyándose en el edificio colindante. Las calles se estrechaban a medida que la ciudad crecía. Era imposible encontrar entre el laberinto de corredores oscuros una calle que midiera poco más de un metro de ancho. Su apelativo, Ciudad de la Oscuridad, proviene del hecho de que la luz natural constituía un auténtico privilegio del que gozaban tan sólo los habitantes de las fachadas y de la azotea. La iluminación era a base de tubo fluorescente.
Las únicas dos normas de construcción eran: Uno, que la instalación eléctrica estuviera descubierta para poder abordarla en caso de incendio y, dos, no sobrepasar las catorce alturas, dado que los aviones que despegaban del aeropuerto pasaban sobre las azoteas en vuelo rasante. Ocho puntos de agua proveían de agua la totalidad de la población, cortesía de las autoridades de Hong Kong.
A comienzo de los 80, la población se estimaba en más de 35.000 habitantes. La ciudad sin ley era conocida por sus excesos, sus fumaderos de opio, sus traficantes de cocaína, sus casinos, los puestos de comida en los que se servía carne de perro y las fabricas secretas de falsificaciones diversas. Curiosamente, Kowloon era famosa también por la cantidad de dentistas que allí desarrollan su actividad, de forma inimaginablemente antihigiénica, debido ello a que allí podían ejercer sin titulación alguna y sus precios eran asequibles para la fuerte demanda de Hong Kong.
En 1991 comienza el desalojo de la antigua ciudad amurallada, que no concluiría hasta 1993. Kowloon había alcanzado una población superior a los 50.000 habitantes, malviviendo en sus escasos 0,026 km², ostentando el récord de tener la mayor densidad de población del planeta con 1.900.000 habitantes por km².
En 1993 antes de su completa demolición y desescombro fue el lugar elegido para rodar películas de artes marciales protagonizadas por Jackie Chan como Crime Story o Jean-Claude Van Damme en Bloodsport. Un grupo de japoneses estuvieron durante más de una semana recorriendo todos los rincones de la ciudad amurallada de Kowloon y confeccionaron un mapa detallado del lugar. Asimismo dos periodistas, Ian Lambot y Greg Girard tomaron en esos días multitud de instantáneas recopiladas en su libro "City of Darkness: Kowloon Walled City".