18 meses después de la controvertida compra de los chocolates Cadbury por 19.000 millones de dólares (13.423 millones de euros), Kraft Foods ha anunciado la separación de su actividad en dos grandes compañías: por un lado estará la actividad de alimentación en Norteamérica, por otro, la división global de aperitivos (snacks) y resto de actividades en Europa y países emergentes.
La compañía explicó que podría buscar la creación de una filial (spin-off) de su negocio de alimentación, que genera unos ingresos próximos a los 16.000 millones de dólares y cuenta con los macarrones y quesos Kraft, las carnes de Oscar Mayer o la crema de queso Philadelphia.
El rápido crecimiento del negocio de aperitivos podría aportar unos ingresos próximos a los 32.000 millones de dólares, de los que alrededor de un 42% se obtiene en los mercados emergentes. Esta división incluiría enseñas como las galletas Oreo, los chocolates Cadbury y Milka y los chicles Trident.
“El negocio global de snacks tiene un tremendo potencial de crecimiento con el incremento de la demanda por parte de los consumidores en todo el mundo”, afirmó la consejera delegada, Irene Rosenfeld, que añadió que la separación permitirá “diferenciar las prioridades” en cada negocio. “La división norteamericana de ultramarinos tiene una extraordinaria cartera de marcas icónicas, liderazgo en los márgenes y la clara habilidad de generar un elevado flujo de caja”, puntualizó.
El movimiento de Kraft se añade a lista de compañías que han decidido dividir sus negocios en un intento de mejorar sus valoraciones y atraer un mejor seguimiento por parte de los inversores.
Este proceso se espera que dure unos 12 meses y que se complete antes de finales de año.