Si es un incondicional de la institución familiar, del amor romántico e idealizado, si cree firmemente en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, si la violencia le repugna y si además adora las sitcom, entonces, la película en cuestión le va a doler en el alma porque unos chalados holandeses, con la inestimable colaboración del británico Nick Frost -Zombies Party (2004)-, se han sacado de la manga una comedia sangrienta que se carga toda organización social, todo dogma cristiano o cualquier moderación narrativa, una patada directa a la entrepierna de sistema establecido. Esta salvajada integra requiere fuertes cuotas de tolerancia si tiene convicciones robustas y gran complicidad si son débiles o carece de ellas. En fin, nos adherimos a la chanza, aunque recomendamos no compartir su visionado con los abuelos, esa tía monja que muchos tenemos ni con cualquier meapilas con el que tenga una sincera amistad.
Puntuación @tomgut65: 6/10