En el diseño de la capilla para el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), Eero Saarinen se aleja de las formas fluidas y dinámicas que suelen caracterizar sus diseños para adentrarse en una tipología diferente, un simple volumen cilíndrico cuya compleja y mística cualidad se encuentra en su interior. La capilla no confesional tiene la intención de ser algo más que un edificio religioso, está destinada a ser un lugar de soledad y escape que induce a un proceso de reflexión.
Desde la distancia, la capilla (cuyo nombre alternativo es Edificio W15) aparece como un edificio más de ladrillo que se alinea contextualmente con los dormitorios y los edificios más antiguos del campus; es en el interior de la capilla donde la verdadera arquitectura entra en vigor. El dinámico interior se transforma esencialmente en una caja de luz que la absorbe y filtra desde el pequeño foso y la claraboya. La luz transforma la sencilla capilla en una “capilla de luz” que experimenta constantemente con los efectos de cambios atmosféricos y desmaterialización. La minuciosa atención de Saarinen en los detalles relacionados con la luz transforma el espacio espiritual en una religiosa experiencia arquitectónica difícil de describir con palabras.
La capilla fue inaugurada en 1955, al igual que el Kresge Auditorium MIT (también obra de E. Saarinen), ambos edificios enfrentados dentro del Campus MIT.
La Capilla Kresge MIT fue encargada a E. Saarinen para cubrir las necesidades de los fieles que profesan la religión judía, católica o protestante. Debería ser apropiada para la oración individual y no crear la atmósfera de ninguna religión en particular. La capilla diseñada por Saarinen es una respuesta al lugar y al programa en sí mismo, una forma simple, sin ventanas y con un foso.
El arquitecto experimentó en plano con distintas formas y decidió que el cilindro era la apropiada. El cilindro proporciona un contacto íntimo entre el altar y el individuo. El aspecto único del edificio resultaba nuevo e impactante para un Campus que se había centrado en un estilo arquitectónico más clásico. Después de algunas críticas, Saarinen explicó que el cilindro sin ventanas de la capilla “implicaba la contención interior, el auto recogimiento deseable para un lugar de culto”. En su contexto se ha tenido cuidado de no invocar símbolos o representaciones de ninguna religión en particular, en su lugar emplea un lenguaje de luz para despertar la espiritualidad.
Una entrada de vidrieras conduce a la capilla, cuya pieza central es un sólido altar de mármol colocado en el centro de una plataforma circular también de mármol con dos escalones.
La luz natural entra a través de una desconcertante linterna alveolada protegida por una rejilla en forma de panal y de un zócalo horizontal de vidrio. La luz, a través del zócalo bajo, se refleja hacia arriba en el agua, que entra desde el exterior, y juega en las paredes de ladrillo que tiene curvas irregulares para evitar que el sonido se centre en un solo sector, sin embargo, el interior continúa siendo bastante oscuro a fin de separar el individuo del mundo exterior.
El cono invertido y poco profundo del techo de yeso suspendido y el enrejado de ladrillo de las paredes bajas también son una respuesta a la acústica. Saarinen opinaba que “…ya que la capilla se construye mayormente con mampostería, debe sonar de esa manera…”, sin embargo también tuvo en cuenta que la música y la voz se escucharan claramente.
Además de las características paredes onduladas en el interior de la capilla, otro detalle ayuda a crear una atmósfera sobrecogedora. Sobre el altar de mármol blanco, hay una escultura de metal, realizad por Harry Bertoia que cuelga de la claraboya y que brilla con la luz del sol, reflejando y distribuyendo la luz en el interior de la capilla. La escultura aparece como una cascada de luz que se ajusta constantemente, moviéndose y redefiniendo el interior de la capilla.
La concepción de Saarinen sobre la expresión del material quedó reflejada al articular las limitaciones de los materiales estructurales. La estructura y materiales de los muros se explican con precisión, todas las aberturas tienen arcos, los dinteles no se ocultan, al menos en apariencia. Existe un considerable refuerzo oculto dentro de la pared en forma de viga de unión y diafragmas estabilizadores de hormigón en las paredes de ladrillo de 10m de altura.
A diferencia de la ininterrumpida y curva fachada lisa, las onduladas paredes interiores de ladrillo ondulan alrededor de la circunferencia de la capilla, creando una nueva dinámica espacial que está iluminada por el foso que se desliza en el interior desde el exterior.
La luz del día reflejada desde el agua tamiza el ambiente de la capilla a través del acristalamiento horizontal que se produce entre las serpenteantes paredes exteriores e interiores de ladrillo. Al edificio se ingresa a través de un corredor cuyas paredes transparentes están levantadas con un enmarcado metálico y cristales transparentes en color gris, violeta y blanco.
Programa: Capilla Ubicación: Boston – EE.UU. Autores: Eero Saarinen Fecha: 1950 – 1955Fotografía
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