Kuwait es un pequeño país del Golfo Pérsico y su capital del mismo nombre es conocido por su arquitectura moderna y los numerosos rascacielos.
Nos alojamos en el Hotel Ibis Sharq, tenía una buena ubicación y la relación calidad-precio era excelente. Desde el hotel llegamos andando hacia las famosas Torres de Kuwait.
Son unas torres de agua cuyo diseño recuerda a las cúpulas con mosaicos de una mezquita clásica. Desde lo alto se apreciaban unas magníficas vistas de todo el litoral y parte de la ciudad. La torre superior gira lentamente para poder apreciar la panorámica sin moverse.
El imprescindible museo Tareq Rajab (mi favorito en Kuwait) alberga una rica colección de artefactos etnográficos y arte islámico.
La historia de Tareq Rajab y su esposa Jehan S.Rajab es apasionante porque lucharon por preservar su legado debido a las invasiones y ocupación iraquí.
Decidieron esconder inteligentemente esta riqueza que a día de hoy sigue vigente en su casa- museo. Es impresionante la colección de más de 30.000 objetos de obras de arte, joyas, monedas, manuscritos...etc. No esta permitido hacer fotos.
Pudimos ver los antiguos manuscritos en el Museo de Caligrafía Islámica que se puede visitar conjuntamente con la misma entrada.
En el Centro Cultural Americano se exhibían objetos del Museo Nacional.
La Gran Mezquita nos ofrecía una visita guiada gratuita. Había dos parejas de ucranianos esperando para comenzar la visita.
La sala de las oraciones era digna de ver. Además, nos obsequiaron con zumo, dátiles, café o té y agua y a las mujeres nos cubrieron con la típica abaya de la cabeza a los pies.
Deambular por el Souq de Al Mubarakiya era un placer para los sentidos. Los cafés, restaurantes y teterías del recinto antiguo invitaba a tomar contacto con la gente local.
Cerca del zoco se encontraban muchos restaurantes de comida local y cenamos al aire libre.
Con un taxi nos acercamos al Centro Comercial Las Avenidas. Nos sorprendió por su dimensión y estructura futurista. Es el Centro comercial más grande de todo Oriente Medio.
Fuimos al Centro de Entretenimiento donde había una especie de reconstrucción de un zoco antiguo con sus calles y asientos para el relajo de las familias donde se encontraban tomando café o te y luego paseamos por la costa contemplando la puesta de sol.
Paseando por el litoral, nos acercamos al Centro Cultural Sheik Jaber Al- Ahmad, que nos impresionó por su magnitud y moderno diseño y que por la noche aparece iluminado mostrando luces azules en los orificios de su estructura.
Popularmente se le conoce como la Opera de Kuwait, un edificio de cinco bloques espectacular.
En el Mercado de Pescado, junto al Puerto Deportivo, subastan diariamente a las 4 de la tarde toda la pesca del día.
Cerca se encuentran atracadas las típicas embarcaciones de madera, los dhows.
Se puede pasear por su costa de más de 10 km y disfrutar de las playas y del skyline. Lo hicimos en tres tramos diferentes .
El Al Shaheed Park, ubicado entre rascacielos en el centro de la ciudad, uno puede hacer deporte o relajarse al final de la jornada con el sonido del agua y sus fuentes de colores...
Kuwait merece unos días de atención a pesar de ser un pequeño país ya que sus gentes son más amables que los vecinos que viven en Emiratos.
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