Revista Cine
Director: Yorgos Lanthimos
No se preocupen, "Frantz" será vista y comentada, pero por pequeños problemas técnicos, lo haré mañana. Por ahora hablemos de "Kynodontas", la película que puso en el mapa al griego Yorgos Lanthimos, que, como ya se imaginarán, participa en la Selección Oficial de Cannes 2017. Si bien Lanthimos inició su carrera co-dirigiendo una película cuyo nombre no recuerdo y luego debutó en solitario con "Kinetta", preferí irme a la segura y comenzar con "Kynodontas" para seguir con "Alpeis" y luego "The Lobster". Y para que lo sepan, hace poco murió Mary Tsoni, que acá interpreta a la hermana menor de esta singular familia. Y a propósito de lamentables noticias... bueno, supongo que ya lo saben... (y qué puede decir un renacuajo como yo al respecto).
"Kynodontas" es una interesante experimento en el que Yorgos Lanthimos explora, deconstruye y subvierte los orígenes y límites del comportamiento humano, aunque también apunta a terrenos algo más conceptuales y simbólicos como el uso del lenguaje, la percepción del mundo, la distorsión moral, entre otros temas que gente más sabia que yo podrá identificar (y ciertamente argumentar de mejor forma). Así, partiendo de la premisa sobre una familia que vive en casi completo aislamiento del mundo exterior (el único que sale de la casa es el patriarca) en un hogar cuyo sistema es cuanto menos cuestionable, con tres hijos que seguramente no han salido en toda su vida de ahí, Lanthimos se enfoca especialmente en estos tres hermanos cuyas vidas se han regido siempre por las insólitas reglas de un patriarca temeroso de la mala influencia del mundo exterior y que por lo tanto no conocen en lo absoluto las normas que determinan el diario vivir del resto de buenos vecinos, ignorando que cosas como por ejemplo el incesto son temas tabú en casi todos lados... Creo que me estoy enredando... El asunto es que Lanthimos observa con especial detenimiento la cotidianidad de estos hermanos preguntándose, primero, si se les puede juzgar con la misma lupa con que juzgamos usualmente lo que nos rodea, considerando que se han criado en un sistema despojado de todo sentido de la moral (más bien han sido criados como animales domésticos: mansos, obedientes, irreflexivos, mecánicos), de lo bueno o lo malo, y segundo, si gozan de las características y/o cualidades que hacen de un ser humano una persona, un ente social, aunque la gracia de esta historia es, justamente, la multitud de reacciones e interpretaciones que puede suscitar su "bizarro" relato. De esta forma, Lanthimos propone y desarrolla un agudo y mordaz tratamiento de la violencia, de la sexualidad, de las emociones, que se complementa a la perfección con una fría y glacial, hermética y sobria puesta en escena cuyas casi hipnóticas imágenes de extrañeza y desconcierto dan cuenta tanto del despojo y/o abstracción moral-ética que gobierna esa casa como de lo brutalmente absurdo del descalabro o declive que comienza a hacer mella en el sistema ideado por el patriarca. A propósito, ahí tienen el arco argumental, el conflicto dramático: cuando estímulos del mundo exterior logren infiltrarse en la casa de esta recluida familia, la dinámica y mecánica que hasta entonces ha dominado las vidas de sus habitantes comenzará una inevitable decadencia. Lo que sí, pienso que el final pudo haber estado mejor aprovechado; yo lo siento muy cortado, abrupto, tajante, comedido, todo lo contrario a la intensidad que prometía la caída del canino...
"Kynodontas" es una hábil mezcla entre incomodidad y provocación y un negrísimo y despiadado sentido del humor, y ciertamente está muy bien hecha, claramente con una aguda mirada y una curiosa mente detrás del lente. Ahora habrá que ver cómo se las ha apañado Lanthimos después...