Me alegra ver cómo de nuevo crece el interés en torno al capitalismo responsable. Quisiera contribuir a este debate con las ideas que presentó en los años noventa el que fuera Presidente de Canon, Ryuzaburo Kaku, en torno al principio de kyosei. El término japonés kyosei se puede traducir al castellano como coexistencia, simbiosis o vivir juntos. Para darle un significado positivo, la filosofía kyosei lo define como “vivir y trabajar juntos para lograr el bien común”.
Kyosei considera que la satisfacción del cliente es el principal objetivo de la empresa. Sin embargo, ésta no se limita a la definición tradicional de satisfacción del cliente, la de que el cliente esté contento con la organización. Satisfacer al cliente consiste en ganarse su gratitud y su respeto, pues esta es la única vía para que la compañía consiga una prosperidad sostenible en el tiempo. Así, si una empresa está verdaderamente interesada en satisfacer a su cliente debe ponerse a trabajar en la carrera de las tres E´s: economía, ecología y ética.
La carrera económica se concentra en el dinero, en racionalizar procesos y en optimizar los costes y la productividad. Permite la sostenibilidad de la empresa a corto plazo pero es necesario algo más si queremos trabajar en un horizonte a largo plazo. Así. la carrera ecológica enfoca la atención de la organización a la reducción sistemática de los recursos, la energía y las emisiones que se generan a lo largo del ciclo de vida de los productos y los servicios de la empresa. En tercer lugar, la carrera ética no consiste en el mero cumplimiento de las leyes y normas por parte de la empresa. Se trata de evaluar desde la ética tanto los objetivos de la organización, como los medios que utiliza para alcanzarlos y el impacto que las decisiones y estrategias de la empresa tiene sobre sus stakeholders (clientes, trabajadores, comunidad global, medio ambiente…).
En un mundo globalizado las compañías tienen más poder de transformar el mundo que muchos gobiernos, pues estos se preocupan más de problemas locales y de resultados a corto plazo que motiven su reelección. Para que las empresas se mantengan en este mundo necesitan hacerlo de forma responsable, pues su continuidad depende de que en el planeta reine la paz y la estabilidad. Por ello deben contribuir para evitar y corregir desequilibrios globales y locales. Y los principales desequilibrios a los que se enfrenta nuestro planeta son tres: las diferencias comerciales entre los paises avanzados, las relaciones comerciales injustas entre países ricos y pobres y la diferencia entre el patrimonio medioambiental que hemos heredado y el que legaremos a las próximas generaciones.
También las personas podemos abrazar la filosofía kysosei a nivel individual. Lo hacemos cuando introducimos en nuestra ética la colaboración, el trabajo conjunto y el respeto a los demás y al planeta a la hora de tomar nuestras decisiones y evaluar sus consecuencias.
Conseguir un mundo mejor no es sólo responsabilidad de los gobiernos, también es responsabilidad de las empresas y de los ciudadanos. La distinción de kyosei parte de una idea muy sencilla y muy poderosa: sólo es posible lograrlo desde el trabajo conjunto y desde el respeto a los demás, manteniéndonos siempre conscientes de las consecuencias y del impacto que nuestras decisiones tienen sobre ellos y sobre el planeta.
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