Revista Viajes
El Castillo Nijo está situado en pleno centro de Kyoto. Muy fácil de acceder hasta él puesto que varias líneas de autobús te dejan en los alrededores. Esta imponente construcción data de principios del siglo XVII y es una muestra del poder de los shogun que dirigieron el país durante doscientos años. Fue sin duda una de las atracciones que más me sorprendió en la ciudad debido sobre todo a lecturas previas que había hecho de viajeros que lo desdeñan porque, al parecer, les parece poco atractivo. Y debo decir que realmente es un recinto grandioso, con bellos edificios y unos jardines espectaculares, que no se debe dejar de visitar. El acceso al Castillo Nijo se efectúa por la puerta este, una de las tres puertas de acceso que posee el recinto amurallado.
Tras el paso por las taquillas -600 yenes por barba- nos recibió un espectacular pórtico de madera profusamente decorado con multitud de incrustaciones doradas, un delicado trabajo de orfebrería y unas gruesas puertas de madera que daba acceso a uno de los edificios principales, el Ninomaru Palace, en cuyo interior sus salones se sucedían separados por paneles decorados con escenas cotidianas y detalles florales. Aquí, a parte de tenernos que descalzar, no está permitido fotografiar las estancias.
Continuando con el recorrido por el interior del recinto del Castillo Nijo unas grandes campanas fundidas en bronce llamaron nuestra atención justo antes de toparnos con los bellos jardines, el Ninomaru Garden. Estos jardines de estilo tradicional japonés que rodean un gran estanque de agua están rodeados de frondosos árboles y también sirven de hogar a algunas garzas japonesas.
Tras contemplar los Jardines Ninomaru y las últimas edificaciones tradicionales en madera del Ninomaru Palace nos topamos con una de las curiosidades de esta fortaleza. El Castillo Nijo posee dos fosos de agua que la separan y defienden del exterior, Al foso de agua exterior que sirve como protección a los altos muros se añade otro foso interior, también inundado de agua, y que protege y guarda las murallas interiores. Dentro de esta fortificación el Palacio Katsura, un conjunto de edificios que fueron residencia imperial cuando el Castillo Nijo fue morado por los emperadores.
Desde lo alto de una torre pudimos obtener unas bonitas vista panorámicas del Castillo Nijo
Al norte del complejo del Castillo Nijo se encuentran los Jardines Seiryu. Fueron creados a mediados del siglo XX para la celebración de eventos como las ceremonias del te. Un pequeño estanque con un modesto pabellón es lo que más destaca junto a las piedras estratégicamente situadas para lograr el equilibrio que buscan los japoneses. El resultado es muy agradable a la vista.
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