Revista Música
Si ADC fuese una revista este sería un número coleccionable. Se trata de un fascículo desplegable que cuenta la historia de un, o unos, melómanos multifacéticos a través de sus propios sonidos. Leandro Frías, productor y músico nos cuenta sus kilómetros y responde didáctico en nombre del trío L´écho (Frías, Andrés Oddone y Cristóbal Paz) cuando lo hacemos pensar (y bastante) en su propia obra y ese sonido mixto que él define así: Siempre hacemos el chiste de que nosotros queremos ser un grupo comercial internacional electrónico famoso y nos sale L’écho: un grupo experimental que poco y nada tiene de comercial. Será mejor así (podés ir bajando L'écho y sus reverberancias para musicalizar la entrevista)
El sonido de L'écho sorprende, suena limpio, pero procesado y analógico a la vez. ¿Cómo se elige cómo sonar y cómo se llega al resultado?
El sonido de L’écho es un tanto despojado y combina a las claras lo digital, lo analógico y lo acústico. Suena más a maderas que a metales. Es un sonido mixto, tal como es el origen del proyecto. Andrés Oddone y Cristóbal Paz comenzaron a componer algunas piezas electrónicas juntos en clave más bien dub. Al tiempo, Oddone me propuso grabar un disco como cantante. Un día, sendos proyectos se encontraron y así nació L’écho. Algunos de los temas que hicieron los chicos se transformaron en temas cantados o recitativos. Siempre hacemos el chiste de que nosotros queremos ser un grupo comercial internacional electrónico famoso y nos sale L’écho: un grupo experimental que poco y nada tiene de comercial. Es más bien una experiencia. El resultado sonoro del disco es un logro de Andrés y Cristóbal que son los que manejan el hardware y el software, graban, mezclan, tocan. Ambos tienen amplia experiencia como productores y mágica química musical. Creo que siempre se tiene un horizonte hacia dónde ir y en el camino van apareciendo las canciones, que siempre sorprenden porque no son exactamente aquello que el horizonte predijo. El desafío para los tres es hacer canciones siendo intuitivos y autodidactas.
De Córdoba a Buenos Aires ¿Cómo es componer con gente que vive a kilómetros de distancia? ¿Qué nos podés contar de la producción del disco?
En verdad no trabajamos mucho a distancia usando internet. No aprovechamos mucho las ventajas de la técnica. La música se dio en encuentros personales. Siempre en Córdoba, campo o metrópoli. Normalmente fui yo el que viajé durante la época en que grabamos estas piezas. El trabajar con un estudio móvil nos permitió estar en distintos espacios.
Hablemos un poco de las raíces e influencias de su música.
Creemos que L’écho es un grupo dub. Hay piezas que responden a ese género literalmente, como “Piel de azhar”. Pero hay otros en que el dub es más una idea, es como un concepto. Se nota mucho esto cuando uno ve el grupo en vivo. Hay temas en los que, pese a las programaciones pregrabadas, logramos un margen de improvisación importante, con mucho deeley, mucha reverb!!! Pero también hay algo folclórico, hay funk y reggae. Las influencias son innumerables y vienen de músicas muy distintas. Los tres escuchamos mucha música y muy variada y creo que las influencias provienen incluso de lugares insospechados para nosotros.
En el disco se escuchan varios idiomas. ¿Cómo se elige en qué idioma cantar? ¿Existe la relación complicada con el castellano en las canciones o es un mito? ¿En su caso qué viene primero la música o la letra?
Estudié Letras y también idiomas (inglés, alemán, francés). Me gustan. Al momento de hacer música y cantar una canción o recitar encuentro que los sonidos son muy significantes y expresivos. Cada idioma tiene una sonoridad que se puede aprovechar siempre. Que haya distintos idiomas es un recurso para disparar nuevos sentidos. A los tres nos gusta el arte que hable de muchas cosas a la vez. Por eso hay varios idiomas en L’écho. El francés aparece de la mano del poeta belga Henri Michaux. Con un poema de él hacemos el tema L’écho (el eco) que es un poco como un arte poético sin haber sido concebido así. Aparece el sefaradí en “Tus ojus” y “Tu piede” poemas escritos por Juan Gelman en un libro llamado Dibaxu. Son poemas que yo conocía hace mucho tiempo. Son muy simples y están llenos de magia. La magia se produce cuando se pronuncian esas palabras en sefaradí. Se entiende perfectamente cuando uno lo escucha y tiene una extrañeza, una lejanía que nos interesa.
No creo que sea complicado cantar en español puntualmente. Eso es una idea que se ha aferrado en el mundo del rock y el pop y proviene de querer cantar en español como se canta en inglés. El español tiene sonidos hermosos y hay que saber aprovecharlos al máximo. Lo difícil es cantar, enfocar, hacer vivir una letra, en cualquier idioma.
En L’écho las letras y las músicas son dos materias primas que nacen por separado. Yo me encargo de los textos (los escribo o rastreo) y Andrés y Cristóbal se encargan de los sonidos. Cuando nos juntamos ellos aprietan play y sobre lo que suene yo voy buscando qué funciona de todo lo que tengo entre mis papeles o libros.
¿Por qué regalan el disco en la web?
Teníamos el disco terminado y masterizado hacía ya un tiempo y no queríamos esperar más. No tomábamos la decisión de hacer la inversión de fabricarlo. No logramos convencer a ningún sello local para que haga la inversión. Así que tomamos la decisión de publicarlo con licencia Creative Commons. Creemos que es una buena manera de que la música circule por el mundo de manera libre. Y tuvimos respuesta inmediata! Está claro que publicar discos ya no es un negocio. Ya veremos cómo publicamos nuestro próximo trabajo. Nuestro proyecto, por el momento, es amateur. Al fin y al cabo, nos interesa ahora es que la música circule. No se puede saber qué sucede con eso. Llegamos a muchas personas sin tener que darle el disco en la mano. Personalmente, me gusta pensar que este disco de L’écho pertenezca más a la humanidad entera que a nosotros mismos.
Elegí una canción para presentarnos el disco y contanos por qué es esa.
Elijo “Laguna brava”. Creo que ahí hay algo muy profundo de nuestra música. Es una canción que compusimos durante unos días de campo al sur de Córdoba, en la llanura. En esos días nacieron otros temas: “Tus ojus”, “Tu piede”, “Padre e hijo”. En “Laguna brava” hay una atmósfera propia bien lograda con pocos elementos. En L’écho el clima es fundamental. El tema es lento: se toma su tiempo. Hay una larga introducción que propone un estado levemente hipnótico, hasta que llega la letra que nace de la contemplación, es paisajística y cósmica. Habla de lo inmaterial y habla de la naturaleza: pastos secos formando nidos.
Laguna brava by Amo Descubrir Canciones
L'écho presenta su primer disco
"L'écho y sus reverberancias"
Miércoles 11 de mayo, 22 hs, Le Bar, Tucumán 422, gratis.
En plan más productor, Leandro se sienta a hablar de viajes y recomienda un imperdible.
Con tus viajes cómo productor seguro tuviste oportunidad de conocer otras escenas y otras bandas. ¿Qué zonas calientes hay en el país?
Creo que en todas las ciudades existen proyectos musicales valiosos y más o menos todas tienen armado un circuito. En las grandes ciudades siempre encontramos un desarrollo de la “cultura rock”: proyectos autogestionados, algunos centros culturales, bares y discotecas donde aparece la música. Sin dudas en estas grandes ciudades es donde más cosas pasan: Córdoba, Rosario, Tucumán, tal vez Mendoza y Mar del Plata. Pero no quiere decir que no existan proyectos en otras ciudades más pequeñas. Pero todo depende también de la lente a través de la cual miramos. En el caso de las músicas folclóricas, por ejemplo, ahí es otro cantar y el mapa es muy distinto, las regiones son otras.
En todas las ciudades, de todos modos, existen problemáticas parecidas para poder desarrollar los proyectos del género que sean: falta de espacios para que exista el hecho artístico, poco o casi nulo espacio en los medios de comunicación, poco apoyo institucional.
En el último festival SWSX hubo una mesa redonda de productores latinos, hablaron de la poca influencia del rock latino en el mundo, y la conclusión fue que los músicos eran poco profesionales. Según tu experiencia en el mundo de la producción, notás eso en este país? Cual es la verdad, qué habría que hacer para que cada vez más músicos argentinos tengan peso en el exterior.
Primero me preguntaría si es necesario y legitimante “tener influencia en el mundo”. Es bello recorrer el planeta con tu música, pero ¿no alcanza con lograr conquistar una región, en este caso Latinoamérica? ¿Tenemos que ser mundialmente influyentes los músicos latinos? Luego me parece que el rock latino no tiene influencia en el mundo por dos motivos: el primero es porque es justamente latino. No es una música nacida en estas tierras. Los genios de esa música están en otro sitio y la hacen mejor que nosotros porque les es natural. Y en segundo lugar, y acá el motivo más importante, se trata más bien de una cuestión de control de los medios de producción y difusión. Es un problema de centro y periferia. ¿Por qué nunca aparece promocionada una banda argentina under en el portal Myspace? Las empresas más poderosas de la industria tienen ese control, posicionan lo que ellos creen conveniente, dominan los medios de producción y difusión a su antojo. Controlan el flujo de la información y le dicen a la gente qué es lo que está bueno. Creo que por ser latinoamericanos y más siendo ¡sudamericanos! tenemos menos posibilidades que las que tiene un artista nativo de un país central con industria musical desarrollada: Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Alemania.
Así y todo hay músicos argentinos que tienen presencia en el exterior y vienen generando sus espacios afuera, sus circuitos internacionales. Me parece que no se da tanto en géneros de cultura rock (rock, pop, electrónica). Se da más bien en músicas tradicionales argentinas. Creo que los artistas que más llegada tienen son los que están haciendo tango y folclores, los que están fusionando géneros, los más indefinibles. Por poner tres ejemplos: Juana Molina, Tremor, Orquesta Típica Fernández Fierro.
Qué banda no podemos dejar de escuchar, presentala con una canción.
Hay un proyecto musical que me fascina. Se llama Cineplexx. Sebastián Litmanovich e sargentino y emigró a Europa en el 2002. Hoy en día está radicado en Londres. Es un proyecto de canciones muy bueno. Más allá de sus dones artísticos, Sebastián es muy inspirador: es un artista autogestionado que ha logrado un montón de cosas. Su música siempre deja huellas en mí. Los dejo con “Mejor”.