Revista Cine

L’Exercice de l’Etat, Francia 2011

Publicado el 09 noviembre 2011 por Cineinvisible @cineinvisib

Todo comienza por un sueño en la película más anclada a la realidad que el espectador haya visto en mucho tiempo. Unos encapuchados, ataviados de un atuendo entre secta y logia masónica (¿un guiño a una de las escenas de Eyes Wide Shut de Kubrick?) se encargan de decorar un imponente despacho de un gran apartamento francés, al gusto del siglo XVIII, pesados bronces, espesas alfombras e imponente mesa de caoba.

Sobre el antiguo parqué una mujer desnuda se acerca, a gatas, a un enorme cocodrilo que acaba devorándola y tragándose entero su cuerpo. El ministro de transporte se despierta, visiblemente excitado, de su sueño lúbrico y empieza, para él, un nuevo día en el ejercicio del poder que le otorga su ministerio.

L’Exercice de l’Etat, Francia 2011
Pierre Schoeller, tras un excelente primer film, Versailles, presentó en el último Festival de Cannes esta película, la segunda parte de un proyecto de trilogía sobre el poder en el que cada una tiene su propio carácter, con un clamoroso éxito de público y de crítica, Premio FIPRESCI incluido. En este año cinematográfico francés tan marcado por la reflexión política, en mayo próximo se celebran las elecciones presidenciales, varios cineastas han decidido coger el toro por los cuernos, o mejor dicho, los ministros por su cartera, y desmenuzar la cruda realidad de los oscuros antros del poder y de su forma de ejercitarlo. La radiografía, ya sea en la excelente Pater de Alain Cavalier (17 minutos de aplausos al final de la proyección) o en este Ejercicio del Poder el resultado es, como mínimo, desesperanzador. La pregunta, que se me plantea de inmediato, es por qué no existe este tipo de cine en nuestros lares.

L’Exercice de l’Etat, Francia 2011
El brillante director de esta película, alejado de un discurso intimista y reflexivo, rueda más al ritmo de Quentin Tarantino que de Sidney Lumet o Alan J. Pakula y la jornada de este ministro de transportes es un western, en el que las pistolas son los expedientes de privatización y el saloon los despachos ministeriales pero hay tanta tensión, venganza e ira como en la vida real.

L’Exercice de l’Etat, Francia 2011
En esta historia de Pierre Schoeller todo jugaba en su contra. La película podía caer en el maniqueísmo fácil y en el discurso simplón, pero el director sobrepasa todas las expectativas con un trío singular de protagonistas, un alejamiento de toda tendencia política concreta (el político puede ser de derechas o de izquierdas) y la puesta en escena más rock and roll que haya recibido una película política en toda la historia del cine.

L’Exercice de l’Etat, Francia 2011
Tres personajes frente a diferentes formas de entender y ejercitar el poder: el secretario del ministerio (fascinante Michel Blanc) que cree firmemente en su trabajo como un servicio a la comunidad, la directora de comunicación (impresionante Zabou Breitman) más interesada en los sondeos y en el color de la corbata del ministro que en las víctimas de un accidente de tráfico, y el propio ministro (impecable Olivier Gourmet) centrado, pese a todo y contra todos, en mantener y ejercer su parcela de poder, actividad que nutre sus sueños más eróticos. Por desgracia, en los últimos tiempos, la mayoría de los sueños de los políticos se han transformado en verdaderas pesadillas para los electores.


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