Uno no puede perderse la oportunidad de ver un Jean-Pierre Jeunet en pantalla grande porque es en sí mismo una delicia para los sentidos, para la narrativa visual y para el bien del mundo del cine. Imprescindible.
Uno no puede perderse la oportunidad de ver un Jean-Pierre Jeunet en pantalla grande porque es en sí mismo una delicia para los sentidos, para la narrativa visual y para el bien del mundo del cine.