Páginas: 256
ISBN: 9788496231429
Precio: 9€
La abadesa
La abadesa es María Esperanza, que vive en el convento de Madrigal (Ávila) en los siglos XV y XVI, época que coincide con el reinado de los Reyes Católicos. En el año 1510, María Esperanza recibe un breve papal en el que le comunican que es hija bastarda de Fernando el Católico. María sólo sabe que llegó al convento con apenas siete años, y nadie le había dicho nada acerca de su familia. Nosotros, los lectores, sí que sabemos quien fue su madre porque en el primer capítulo de la novela se narra el encuentro entre la joven y el rey, pero el resto del libro, la mayor parte, se centra en la investigación de María Esperanza para averiguar la identidad de la mujer que le dio la vida y qué les ocurrió a ambas al ser separadas.María podrá realizar varios viajes gracias a tareas religiosas que le ordena su superiora; la autora no se saca de la manga que la abadesa pueda salir por ahí a su antojo. El primer viaje, y el más importante en el texto, la llevará a Bilbao, donde María espera encontrar a su familia materna. Sin embargo, por el camino pasan por otros lugares y acaba sacando más información sobre sus hermanos por parte de padre, y las circunstancias de éstos le hacen pensar mucho. En esta salida va acompañada de otra monja, Joaquina, una mujer de mente muy cerrada y miedica pero a la vez de gran confianza para la abadesa; Inés, una novicia inteligente pero sin vocación de monja; Gonzalo, un caballero que las protegerá de los peligros del viaje; y Antoñín, un muchacho que también las ayuda.
A partir de ese viaje, a María le surgirán nuevas dudas sobre su origen, y unos años más adelante tendrá la oportunidad de retomar sus pesquisas. En esta ocasión, después de hablar con quien habló en Bilbao, buscará a una persona muy importante en su vida, y el camino la llevará también a encontrarse con gente que le hizo daño cuando era pequeña pero que ella nunca ha acabado de saber qué hicieron exactamente. Me cuesta un poco explicaros esta trama porque sucede hacia el final y no quiero revelaros nada, pero quedaos con la idea de que después del viaje al norte aún le quedan un par de cosas por resolver a la protagonista.
Cuando escribo una opinión me gusta comentar su argumento con mis palabras, y en este caso lo he hecho con más ganas porque me parece que se han pasado con la reseña de la contraportada. Para empezar, hay un error: dicen que María recibe el breve papal en el año 1517. Nada más abrir el libro y leer el índice vemos que el capítulo que ocupa 200 páginas es el del año 1510; al momento no hace ninguna gracia pensar que en todas esas páginas no sucederá lo que destacan en ese texto, aunque en realidad se trata de un error. Por otra parte, me parece que se han excedido contando algunos acontecimientos del libro. Hablan de las personas de su familia que conoce María, de los que sólo ve un momento, de los que oye a hablar, etc. Claro, como casualmente son los de la realeza, su nombre llama más la atención para vender (es curioso que de la madre de María prácticamente no digan nada), pero después el libro pierde un poco de gracia cuando se producen esos encuentros, ya te los esperabas. En fin, en el libro hay más cosas interesantes, por supuesto, pero da un poco de rabia encontrarte con reseñas de este tipo.
Ambientación
Como ya es habitual en las novelas de Martínez de Lezea, la ambientación me ha parecido muy buena en todos los aspectos. No sé hasta qué punto la parte de hechos históricos se corresponde con lo que sucedió en realidad, pero como siempre digo: lo que me importa cuando leo una novela histórica es que me resulte creíble y me entretenga, si además me enseña algo, muy bien, pero no es lo principal.En esta ocasión se refleja la época de finales del siglo XV y sobre todo de principios del XVI en el norte de España. Una parte considerable de la acción tiene lugar en Madrigal (Ávila), donde se encuentra el convento de María, pero en su primer viaje también pasan por Tordesillas, Burgos y Bilbao, entre otras ciudades. Hacia el final también hay un viaje a Extremadura, pero aquí la autora no se centró tanto en contarnos la forma de vida de esta comunidad. A pesar del papel destacado de Madrigal en la novela, la ciudad que me ha parecido más importante es la de Bilbao, puesto que es donde tienen lugar la mayor parte de hechos en el pasado y como consecuencia de descubrimientos en el presente de María.
Durante el primer recorrido podemos apreciar dos cosas: por un lado, la autora describe de forma muy amena las costumbres vascas y algunas zonas importantes de la ciudad. Me llamó la atención que comentara los tipos de peinado de las mujeres vascas según su condición (soltera, casada, viuda), para esta región nunca había leído nada al respecto y es algo nuevo que he aprendido. Por otra parte, además de explicarnos cosas sobre el lugar, nos presenta a personajes de la familia real que conoce la misma María (aunque sea de oídas). Así también aprendemos algo sobre el funcionamiento de los poderosos en época de los Reyes Católicos.
Mis impresiones
El libro me ha gustado aunque no ha llegado a encantarme. Para mí su punto fuerte es el tema que trata, aunque esto es una impresión muy personal. Los libros que cuentan la vida de monjes o monjas en la Edad Media me gustan. Que yo recuerde, antes sólo lo había encontrado en Los pilares de la tierra y Un mundo sin fin. Siempre que hablo de estas novelas con alguien me dicen que lo mejor son las historias de amor y odio, pero para mí lo más entretenido en ambas fue la vida de los religiosos, y al terminarlos me quedé con ganas de leer más cosas sobre el tema. En este sentido, encontrar un título como La abadesa fue todo un hallazgo para mí. Después he comprobado que más que hablar del convento habla de los Reyes y otros personajes (así que para los que, al contrario que yo, prefieran otros temas por delante de los de la vida religiosa, no hay ningún problema), pero aun así el hecho de tener como protagonista a una abadesa le hace ganar más puntos para mí.Además, aunque no soy experta en el tema, me da la sensación de que es una abadesa muy creíble en el contexto histórico en que se sitúa. María Esperanza fue llevada al convento sin que pudiera evitarlo, pero aun cuando descubre que es hija del rey sabe asumir y aceptar su situación. En un libro menos histórico, seguramente nos presentarían a una abadesa rebelde con ganas de tener todo lo que su padre le había negado hasta entonces. Es probable que esa hipotética novela tuviera más aventuras que el que nos ocupa, pero personalmente ahora mismo prefiero a una abadesa creíble, con ese sentimiento de resignación y aceptación de la voluntad de Dios siempre presente.
La abadesa está bien como personaje dentro de un contexto histórico; no obstante, si nos centramos en su caracterización psicológica, resulta bastante plana. La autora no profundiza en ella ni en ningún otro personaje, son personalidades llanas, que apenas tienen evolución, y cuando la tienen es de lo más previsible. La simpleza de los personajes es algo que ya aprecié en otra novela de la autora, El verdugo de Dios. Ambos son libros que están bien ambientados, tienen un buen argumento y son entretenidos, pero para ser redondos les faltaría que algún personaje dejara huella en el lector, ya me entendéis.
Hay un personaje secundario que, además, no sé qué pinta en el libro: María la Menor, otra hija bastarda de Fernando el Católico que llegó a Madrigal en circunstancias similares a las de María Esperanza, la protagonista. Al principio sonaba interesante que hubiera otra monja en su situación, pero en todo momento es un personaje de fondo, sin ninguna importancia. Para añadir un personaje con una historia que podía dar de sí pero que después no se habla de ella, mejor no escribir sobre este personaje y centrarse en María Esperanza directamente. A veces te quedas con la sensación de que una historia podría haber dado más de sí; aquí, más que eso, lo que siento es que para ponerla y que no haga nada, mejor ahorrársela y evitar de este modo que el lector crea que al final va a revelar o hacer algo destacable.
Otra desventaja que le he encontrado es que algunas tramas son un poco previsibles, sobre todo la trama secundaria que hay de los acompañantes de viaje de María, que está claro desde el principio cómo acabarán. Entre esto y la simpleza de los personajes, creo que al libro le falta un poco de chicha, algo que dé un poco de juego y haga que no sólo te metas en la historia, sino que la historia también se meta dentro de ti y te haga pensar en ella o maravillarte de sus personajes incluso cuando no estás leyendo.
No obstante, el principal problema que le veo al libro, y que también tiene alguna relación con la simpleza de lo demás, es que es demasiado corto. A veces algunos libros te gustan tanto que se te hacen cortos; no es el caso de ahora, aquí de verdad pienso que con más páginas el libro podría haber dado más de sí. En primer lugar, las diferentes tramas no acaban de mezclarse. A ver, de alguna manera todas están mezcladas (el padre, la madre, su infancia) porque se relacionan con María, pero a la hora de investigarlas me parece que habría quedado mejor engancharlas más. En el libro, María primero descubre una cosa, luego otra y al final la otra, en orden. Primero van a una ciudad, luego a la siguiente… Todo tal y como estaba previsto, y aunque la novela engancha, para mí carece un poco de emoción. Me faltan los capítulos alternados en los que se descubren cosas de una historia y te hacen mantener la intriga porque en el siguiente siguen con otra cosa. Algo así como ocurría en El verdugo de Dios, que para poder hacerlo tenía más personajes con cierto peso en la novela. Aquí sólo hay una protagonista, y los secundarios son todos muy flojos: si todos los personajes estuvieran mejor dibujados habría sido más fácil hacer que las historias tuvieran algo más de juego. Y para profundizar bien en todo esto, creo que en este caso se necesitaban más páginas.
A pesar de las pegas que le he encontrado, me sigue pareciendo un buen libro por su ambientación, tema e historia, que aunque ésta se podría haber desarrollado mejor no deja de ser interesante. Y no quiero olvidarme de algo muy importante: es una novela muy didáctica, con la que aprendes muchas cosas y siempre de forma amena. Con La abadesa he aprendido algunos detalles sobre los Reyes Católicos y otros miembros de su familia; cosas sobre la vida de las monjas y algunas diferencias entre las que siguen la regla de San Agustín y las que siguen la de Santa Clara; costumbres del pueblo vasco… Tiene un poco de todo y lo mejor es que Martínez de Lezea lo narra todo de manera muy entretenida, intercalándolo bien en la historia, sin aburrir.
La moraleja que nos deja el libro está bastante bien. Tras el viaje de María Esperanza, ésta ha podido ver el tipo de vida que llevan los hijos legítimos e ilegítimos de los Reyes, y comparar sus vidas con la suya. A veces le dará rabia que a ella le tocara la vida en el convento, otras pensará que ha tenido suerte… No os digo más detalles para que si os interesa leáis el libro vosotros mismos. Es un tema que también hace pensar al lector y me ha gustado.
Conclusión
Toti Martínez de Lezea
Al libro le faltan páginas, le falta algo de juego… Le falta un poco de complejidad en general. No se llega a profundizar en nada y me habría gustado que las investigaciones se relacionaran más entre ellas. Por otro lado, el libro tiene otras cualidades que hacen que sea una buena novela: la ambientación y la historia son muy buenas, los hechos resultan creíbles y aprendes sobre la época; el tema que se trata, a pesar de no centrarse en la vida religiosa del modo que yo esperaba, es muy interesante, y también me ha gustado que hablara de los Reyes Católicos y sus descendientes. La novela me ha gustado y la recomiendo, pero aun así me parece que es un poco inferior a otras obras de la autora.Mi valoración: 7/10