LA ABUELA ROSARIO . Ana María Manceda
Crecí junto a ella, la abuela Rosario.La vida nos trajo hacia tierras húmedasrociadas, mojadas por gotas de plata.Quedaron tan lejos los cañaveraleslas zambas, los ritos, pequeños lagartos.Quedaron las tumbas, fantasmales gritosde guerras patrióticas, de indígenas sabios.Quedaban...quedaban...todas las raícesel trópico, la selva, los cerrosperfumes lejanos.
¿Qué trajo con ella la abuela Rosario?Más que palabras evoco sus silenciostrágicos silencios, silencios de ausenciasy su mirada, tierra oscura de musgos,doliente, sorprendida de ver horizontes.Su olor a naranjos y su caramelo de mentay el cigarrillo de chala que fumaba por semana.Sus velas, sus santos, su fe inquebrantable.
En la gran cocina de la casa platenseella esculpía, pintaba con sus manos mágicasel aroma lujurioso, el sabor profundo, misteriosode las antiguas, exquisitas comidas del Noroeste;tamales, tortillas, locros, empanadasají molido, cebolla de verdeo, ternuray una niña quieta que heredó nostalgiasmirando asombrada, como se amasabacon las manos mágicas, repletas de historiaun destino errante.Imágenes, largos cabellos canosos, peinetonesImágenes, arrugas morenas y el tiempoabuela Rosario. Está por nevar y no entiendo al viento, a tu ausencia, ni a iconos olvidados de la infancia.*************************
(En diversas antologías y páginas de revistas digitales)
Magazine
Sus últimos artículos
-
Acuérdate,cuento juan rulfo. revista aion. méxico
-
Coetzee destaca el vigor de los escritores argentinos en la vida cultural del país
-
Se celebra el Día Mundial de la Poesía, hoy 21 de marzo
-
El tamaño no lo es todo: las 10 mejores novelas cortas que debes leerPor Julieta Sanguino febrero 12, 20