Revista Salud y Bienestar

La abuela se fracturó la cadera: ¿y ahora qué hacemos?

Por Bamboo

La abuela se fracturó la cadera: ¿y ahora qué hacemos?La fractura de cadera, es una situación desgraciadamente más frecuente en los adultos mayores. Tiene consecuencias que van más allá de lo físico (dolor, postración, riesgo de trombosis, etc.) sino también tiene consecuencias sociales, económicas y psicológicas (síndrome postcaída: miedo a caer, pérdida de la autoconfianza y restricción de la movilidad)

El éxito de un paciente luego de una fractura de cadera depende de operarlo rápido (en menos de 72 horas así esté tomando aspirina u otro antiagregante plaquetario), la técnica quirúrgica y el correcto manejo perioperatorio a cargo de un especialista en medicina del adulto mayor además del traumatólogo. Si bien hay pacientes adultos mayores que por su riesgo quirúrgico o por su estado de postración no deben operarse, hay que considerar que la mortalidad por fractura de cadera y sus complicaciones puede llegar hasta a 60 -70 % si NO se opera.

Aquí algunas recomendaciones para tener en cuenta para los cuidados después de la cirugía:

Evitar las lesiones en la piel: buscar raspaduras, heridas en los pliegues, úlceras y las tan temidas escaras, estas lesiones aparecen cuando el paciente está en una sola posición (inmovilizado por la fractura).

El paciente debe alimentarse lo más sentado posible y despierto para evitar que las aspiraciones (“la comida se va al pulmón y produce neumonías”).

Evitar la luxación de la prótesis: las luxaciones pueden producirse por un movimiento de flexión y rotación interna forzada de la pierna. Esto sucede frecuentemente cuando sentamos a nuestro paciente en el inodoro con las rodillas juntas y los pies separados. Puede solicitarle a su médico que le explique cómo realizar los traslados, otra buena alternativa es colocar una almohada entre las piernas para que permanezcan en posición recta al sentarlo en el inodoro.

Cuidado con los antinflamatorios y otros fármacos para el dolor pueden producir daño en los riñones, hemorragias, delirio y otras complicaciones. Pero siempre estar pendiente de manejar el dolor.

Seguir las recomendaciones del médico: preguntar cuándo es el momento apropiado para poner de pie al paciente, realizar movimientos y ejercicios

Vigile la función intestinal: Recuerde que no deben pasar más de tres días sin hacer deposición.

Consulte a su médico sobre qué estrategia se está usando para evitar los coágulos en las venas de las piernas. No “exprimir las piernas si se hinchan”.

No espere para iniciar la rehabilitación: no olvide los miembros sanos, estos deben estar fuertes y preparados para ayudar a la pierna enferma (manejar el andador, impulsarse para pararse, etc.).

Escrito por:

Lic. Candy Alegría

Enfermera Geronto-Geriátrica


    


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