Si de algo presume el modelo farmacéutico nacional es de su accesibilidad. Un 99 por ciento de la población dispone de una oficina de farmacia cerca de su domicilio. Ahora bien, si analizamos el concepto de accesibilidad en su totalidad, si nos centramos en el 'terreno', cabría preguntarse: ¿Puede toda la población acceder en igualdad de condiciones a estos establecimientos?
La realidad dice que aquellos ciudadanos con alguna discapacidad física, sensorial, visual o auditiva encuentran en sus boticas de referencia las mismas dificultades de acceso que en otros establecimientos y edificios. Sin embargo, es fácil revertir esta "asignatura pendiente" de la accesibilidad, como así la califica José Antonio Juncá, director general de Sociedad y Técnica (Socytec) y experto en accesibilidad universal.
Según él, basta con la predisposición del farmacéutico titular a acercar su farmacia a este tipo de pacientes, una actuación factible de acometer con independencia del tamaño, ubicación o rentabilidad del local, ya que "muchas de las reformas son de bajo coste o, al menos, asumibles económicamente". Como telón de fondo, más allá de contribuir a la mejor calidad de vida de este colectivo y a la eliminación de las barreras con las que conviven en su día a día, esta iniciativa derivaría en otra circunstancia: la fidelización de estos pacientes frente a otras oficinas de farmacia inaccesibles para ellos.
Juncá recuerda que la accesibilidad no solo implica poder entrar en la botica, "sino también la seguridad y la comodidad dentro de ella". Por tanto, las consideraciones a tener en cuenta implican tanto al exterior como al interior del local.
Respecto al exterior, se debe contar con una buena iluminación e identificación del establecimiento, siendo este uno de los factores que no dependen en exclusiva del titular. Por ejemplo, las normativas de muchos ayuntamientos limitan la colocación de elementos identificativos (como el tamaño de las cruces verdes) y la luminosidad de los mismos. Asimismo, la proliferación de terrazas dificulta la localización y acceso a las boticas colindantes a bares y restaurantes, como así se quejaron diversos farmacéuticos madrileños durante la celebración de la última asamblea farmacéutica colegial.
Otras de las cuestiones a tener en cuenta en el entorno de la farmacia es la reserva de plazas de aparcamiento para minusválidos en sus inmediaciones, para cuyo permiso "las administraciones deberían mostrar receptividad", incide el director general de Socytec, así como que la entrada a la botica no presente desniveles o, si existen, sean salvados con rampas accesibles. Respecto a la puerta de entrada, los expertos recomiendan un ancho no inferior a 0,90 metros, con el fin de facilitar el tránsito en silla de ruedas.
En el interior
"En la accesibilidad en el interior de una farmacia nos la jugamos principalmente en los suelos y pavimentos, que deben ser antideslizantes", expone Juncá. Respecto a la zona de mostrador, se recomienda que éste se sitúe "a doble altura", sea visible desde la puerta de entrada e incorpore en zonas próximas a él dispositivos sujeta-bastones.Asimismo, para facilitar la atención a pacientes con discapacidades auditivas, desde Socytec se recomienda la instalación de bucles de inducción magnética, que actúan como amplificadores de sonido que llegan directamente al audífono del paciente. Por su parte, los clientes con algún grado de discapacidad visual también pueden beneficiarse de medidas particulares hacia ellos, como sería la instalación de etiquetados o información en braille o la señalización de espacios para facilitar sus movimientos en el interior de la farmacia, en especial si ésta es de gran tamaño.
Ayudas públicas
Aunque algunas de estas reformas son asumibles por el titular, ello no es ápice para que desde el sector se reclame una mayor sensibilidad de las administraciones respecto a posibles ayudas para tales cometidos. "Su prioridad para dotar de accesibilidad a una botica debe ser mayor frente a otros negocios", estima Juncá.Por ello, un aspecto en el que incidir es el fomentar líneas de ayudas públicas para los establecimientos de interés general, como son las farmacias. Sin embargo, como sucede con otras peticiones, la falta de liquidez de las administraciones públicas se revela a día de hoy como una dificultad casi insalvable para que ese deseo se convierta en realidad.
http://www.elglobal.net/elglobal/articulo.aspx?IDART=758145&TIPO=2
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Revista Solidaridad
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