Respondiendo a la invitación del Presidente de la Republica Democrática del Congo (RDC), Joseph Kabila, el Rey Alberto II de Bélgica asistirá probablemente a finales de junio a los actos de conmemoración del cincuentenario de la independencia de este país. Aunque todavía no es oficial. La última visita real de Bélgica tuvo lugar hace 25 años.
En el Atlas Histórico Cultural de Bélgica de 1959, Theo Luyckx, Profesor de la Universidad de Gante, escribe que el Rey Leopoldo II obtuvo en la Conferencia de Berlín (1884-1885) la soberanía y propiedad de la cuenca congoleña. Y dice: “El Parlamento Belga, que de ninguna forma tuvo interés por la política de expansión del rey, accedía sin embargo a que Leopoldo II llevara en adelante el título de soberano sobre el “Estado Independiente del Congo”, a condición de que esto no significara obligación financiera alguna para el país". Efectivamente, hasta 1890 el soberano tuvo que cargar con los gastos relativos al Congo con sus medios personales. Desde este año se le concedieron un par de créditos y se empezó a hablar de un traspaso al estado belga, pero como encontró mucha oposición de partidos políticos, se tardó hasta 1908 para poner el país bajo tutela del nuevo Ministerio de Colonias.
Igual que lo hicieron muchos otros países, Bélgica sacó mucha riqueza de su colonia. Pero también hizo cosas muy positivas en ella y por ella. Un ejemplo: En 1954 la Universidad Católica de Lovaina fundó la primera universidad completa en África Central, llamada Lovanium. Después de la independencia se dividió en dos que se renombraron “Universidad de Kinshasa” (UNIKIN) estatal y la “Universidad Católica de Kinshasa” (UCK). Pero las guerras, los desórdenes y el descuido político en la RDC causaron mucho daño y deterioro a la Universidad, y sus 25000 estudiantes tienen un profesorado que se está haciendo mayor. Es por lo que los lazos entre Lovaina (KU Leuven) se han estrechado de nuevo en los últimos años con la creación de un Fondo Universitario de Lovaina, financiado con donativos de antiguos estudiantes y otros, y la creación de cátedras para jóvenes académicos congoleños con un fondo a finales de 2007 de 113.000€. Muchos congoleños recibieron en su día formación en Bélgica. Conocí personalmente uno de ellos, se llamó Cahunga, en una refinería de Amberes en los años sesenta donde hicimos prácticas. Años después, en 1975, nos encontramos de nuevo en Tokio acompañados de nuestras mujeres, en una excursión por el lago Bina organizada por el Congreso Mundial del Petróleo, esta vez él como director general de la empresa nacional congoleña del petróleo. Fue una agradable sorpresa y un reencuentro entrañable.
Rectorado de la Universidad de Kinshasa (Antes Lovanium)
El 30 de junio de 1960 fue la fecha en la que Bélgica concedió la independencia a su antigua colonia, conocida como el “Congo Belga”. Los primeros gobernantes eran Joseph Kasavubu, Presidente, y Patrice Lumumba, Primer Ministro (por poco tiempo). Pero la independencia y la democracia requieren mucha madurez. Enseguida comenzaron los problemas… Muy poco tiempo después de la independencia se desató un motín en el ejercito congoleño, que en este momento todavía estaba dirigido por oficiales belgas. Lumumba los sustituyó por congoleños, pero ya estaba instalado el caos administrativo y militar en el país sembrando el pánico entre los residentes belgas que querían huir del país. Para protegerlos fueron enviadas las UDA belgas (Unidades de Defensa de los Aeropuertos). Una compañía de UDA, constituida por pelotones de las bases aéreas de Kleine Brogel y de Brustem, ambas en la provincia de Limburgo, participó en esta operación humanitaria y fue enviada el 17 de julio de 1960 en dos aviones DC-6 de la SABENA a Bujumbura, capital de Burundi (que entonces se llamo Usumbura), de donde tenían que seguir con destino a Bunia en la RDC. Estuvieron alojados en un colegio muy moderno (nada que envidiar de los europeos) en lo alto de un monte en las afueras de Bujumbura. Pero entonces golpeó la fatalidad. El 19 de julio, el primer avión que salió, un C-119 Flying Boxear, y que transportaba 45 militares de Kleine Brogel, tuvo un fallo técnico y se estrelló contra la ladera de un monte en Sake-Masisi en camino de Goma. Murieron toda la tripulación y 36 soldados. Solo 4 sobrevivieron. Después de esto, el pelotón de Brustem ya no se movió de Bujumbura, donde asistió a los belgas que fueron evacuados a través del aeropuerto de esta ciudad.
El Colegio-Ateneo de Bujumbura
Tuve la suerte de estar entre los vivos y de poder contarlo.Formé parte de este pelotón de Brustem como sargento miliciano. Habían transcurrido tan solo seis meses desde que había terminado mis estudios en la Universidad de Lovaina. Años más tarde, en 1970 un senador belga pidió explicaciones al Ministro de Defensa sobre la catástrofe. El ministro contestó que los militares habían sido libres de participar en la operación y que los que aceptaban habían firmado una declaración. A mí nunca me lo pidieron ni me presentaron el citado documento. Pero, qué más da. Fue una operación humanitaria. No tuvimos que disparar ni una solo bala. A la vuelta nos recibió el Rey Balduino en el aeropuerto de Oostende. Estoy en la foto pero nadie me reconocerá. Han pasado 50 años. puerto de esta ciudad.
En el aeropuerto de Oostende
nde asistieron a los belgas que fueron evacuados a travn enviados paracaidistas belgasUna experiencia intensa para no olvidarla nunca…puerto de esta ciudad.
nde asistieron a los belgas que fueron evacuados a travn enviados paracaidistas belgas
“Se tarda veinte años en construir un hombre; se tarda tan solo veinte segundos para romper un hombre”, dijo alguna vez el Rey Balduino, que tenía menos de 30 años cuando ocurrieron los hechos. ¿Cuántos años se necesitan para construir un rey? Balduino no había cumplido los 21 años cuando tenía que sustituir a su padre Leopoldo III como Rey de Bélgica. Pero esta es otra historia…