Revista Coaching

La adicción al trabajo: sus consecuencias

Por Utopiacf

adicción al trabajo

Cualquier cosa que hagamos en nuestra vida que incluya el término adicción, es perjudicial para nuestra salud, nuestra vida, nuestro entorno y todo en general. Es, directamente, malo para nosotros. No existe ninguna adicción que sea positiva o que nos esté “mereciendo” la pena. Es importante comenzar este post por este punto porque a veces escuchamos que la adicción al trabajo es positiva y buena porque trata de sacar adelante mucho trabajo y conlleva gran satisfacción profesional y personal, principio o razonamiento que está bastante alejado de la realidad porque nada que ha sobrepasado el umbral de adicción puede caer en la balanza hacia el lado positivo.

La adicción al trabajo, también llamado “trabajólico” o workaholic, es un tema importante de tratar ya que representa ese tipo de adicciones que no se identifican a priori, precisamente porque no parece a simple vista que esté representando algo negativo para quien lo sufre de hecho, está hasta bien visto cuando alguien dedica su vida por completo a trabajar por encima de otros aspectos fundamentales que hay que atender. Por eso, hoy consideramos muy importante poner el foco de atención en este asunto y tratarlo con la importancia que merece, empecemos por el principio.

¿Qué es una adicción?

Según la definición oficial, adicción es “la enfermedad crónica y recurrente del cerebro que se caracteriza por una búsqueda patológica de la recompensa y/o alivio a través del uso de una sustancia u otra conducta”.

Es decir, una adicción, para empezar, es una enfermedad y por lo tanto, hay que tratarla como tal, dándole la importancia que tiene, no desprestigiándola ni haciendo de menos a la persona que la padece sino atendiendo a la situación a través de un profesional que pueda solucionarlo junto con el paciente mientras que además, atiende a las consecuencias que dicha adicción ya ha generado y que pueden venir después.

Es una enfermedad del cerebro que necesita repetir el uso de una sustancia o de una actividad en concreto para satisfacerla como recompensa. Una adicción se caracteriza por tener que usar o tomar algo para conseguir el estado de beneficio (relativo y engañoso del cerebro) que le aporta esa sustancia o actividad.

Además, se considera adicción porque el paciente no puede controlarlo y no puede evitar, de forma consciente y autónomo, el uso de esa sustancia o situación que son nocivas para él.

¿Qué es la adicción al trabajo?

La adicción al trabajo se considera una adicción más en el momento en el que la persona, para estar tranquila, feliz, satisfecha o solventar cualquier otra emoción, necesita trabajar anteponiéndolo a todo lo demás (su vida personal, su tiempo de ocio, el descanso incluso hasta el cuidado personal).

Pasar horas y horas trabajando y sólo estar centrado en eso, no tener un baremo saludable de cuando es el momento de parar y cuando no, estar cien por cien enfocado al trabajo y dejar de lado otros aspectos de la vida diaria incluso, llegando a descuidar la familia, el ocio… Hay casos en los que se deja de lado hasta el aseo personal y es que cuando una adicción está en su mayor nivel, todo lo demás, deja de existir y se convierte en una auténtica obsesión.

¿Cómo detectar la adicción al trabajo?

La adicción al trabajo debe ser diagnosticada por un profesional que pueda evaluar la situación y a su vez, poner una solución. La detección, como en todo, tiene que surgir antes desde el/la propio paciente o quien lo está experimentando – sufriendo o también cómo no, desde su entorno.

Se detecta y se empieza a considerar a través de los síntomas que pueden ser de diferentes tipologías:

–    Motores: la necesidad de implementar muchas tareas es inmensa y no se pueden revertir,  sumando que no sólo hay que hacer las tareas propiamente dichas sino que aparece la obsesión de hacerlas “perfectas”. La persona es incapaz de no trabajar y es su único objetivo.

–   Cognitivos y fisiológicos: las consecuencias de padecer adicción al trabajo suelen ser tristeza, ansiedad (en niveles muy elevados), tensión muscular, no dormir y dormir mal, hipertensión… Incluso llegar a consumir sustancias nocivas que ayudan a estar despiertos y mantener la atención.

¿Cómo solucionar la adicción al trabajo?

La adicción al trabajo, como todas, se puede tratar e ir disminuyendo su intensidad hasta solucionarlo por completo aunque siempre se deberá tener una vigilancia activa para no recaer.

El primer paso será detectar el problema cuanto antes mejor y después, acudir a un profesional con el que comenzar a tomar las decisiones y pautas necesarias para solventar la situación. La adicción al trabajo, como todas las adicciones, “tapa” otro problema o situación que no se quiere atender por lo que antes de tratar directamente “el trabajar tanto” hay que ir a buscar por qué se trabaja de esa manera y para qué se hace.

Una vez descubierto, el profesional junto la persona podrá ponerse manos a la obra para tratar la adicción y conseguir salir de ella.

Hacerlo solo es siempre, mucho más complicado, agotador y a menudo no se consiguen los resultados deseados. Acompañarnos por un profesional es lo más adecuado en estos casos.


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