Revista Coaching

La admiración

Por Antonio J. Alonso Sampedro @AntonioJAlonso

First Dates

Que la atracción entre las personas es algo que siempre ha interesado a los propios y a los extraños es una constatación que firman todos los siglos desde la inauguración de la especie humana como inventora de la civilización. El testimonio más contemporáneo de ello lo podemos encontrar hoy en el reinado de las revistas y los programas “del corazón”.

El éxito de “First dates”, que actualmente se emite en España a diario desde la cadena Cuatro y en horario preferente, no tiene mayor secreto que el de contemplar mientras se cena cómo se liga en una cena y todo desde el anonimato de nuestro sillón. Y en esa furtiva contemplación, el interés se viene a encontrar en la valoración de lo acertado o no de las parejas formadas y sus trazas para conseguir el amor.

Respecto del emparejamiento, los responsables del programa no traicionan la regla universal (por todos sabida pero por todos callada por falso pudor) que junta sentimentalmente a las personas por su “valía” física y no por cualquier otra consideración. Solo hace falta darse una vuelta por cualquier calle concurrida o centro comercial para validar esta norma en cuantas parejas se cruzan a nuestro alrededor y que solo admite excepción cuando median grandes diferencias económicas entre los dos.

En cuanto a las técnicas de seducción, pocas novedades en este mundo tan banal como pobretón. Todo se reduce a un vestuario más o menos provocador y a los tradicionales chascarrillos y lugares comunes en la conversación. En fin, que todo es un reflejo de esta anodina sociedad que desgraciadamente nos ha tocado vivir y que la Historia colocará sin duda entre las de menor valor.

Pero afortunadamente para nuestra salud mental el enamoramiento no es el amor, pues es en este último donde toma protagonismo otro factor que, aunque puede incluir lo físico, también incorpora cualquier rasgo personal que pueda ser objeto y lleve a la admiración, sin duda algo que requiere de mayor intelecto y evolución y que es el verdadero motor del amor.

En la Crónica 29 de “Marathon-15%:115 CLAVES DE SUPERACIÓN PERSONAL” titulada “La admiración”, escribo…

“Todos admiramos en los demás aquello que son capaces de hacer o intentar por encima de lo que es normal, sin saber que la mayoría de nosotros también podemos ser admirados por algo propio y especial que, eso sí, de no ser patente deberemos esforzarnos en encontrar y destacar. No pretendo hablar por hablar al estilo que tan popular es hoy del predicador motivacional. Solo constatar que, con tantas facetas como reúne nuestra personalidad, siempre es posible hallar alguna o incluso más con potencial suficiente para poder ser de admirar. Lo peor sin dudar es resignarnos a pensar que no hay nada en nosotros que pueda interesar a los demás.

No olvidemos que, si posiblemente el mayor interés vital se suele sustanciar en el amar, amar no es más que un admirar en el otro esas virtudes que tiene y a nosotros nos cautivan y nos gustaría atesorar. Por ello el amor se rompe cuando se deja de admirar y vemos en el otro, simplemente a un igual…”

Saludos de Antonio J. Alonso


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