A mis 27 sigo siendo un adolescente. Dependo de mis padres, no me gustan las responsabilidades y desde que amanece, me apetece. Y es que aunque mucha gente no lo vea, esa es la mejor época de la vida. O debe serlo al menos. Cuando me junto con mis amigos del colegio recordamos aquellos tiempos. No hablamos del presente porque no nos acaba de gustar ni del futuro, porque no tenemos. Hablamos de cuando jugábamos partidos de fútbol a vida o muerte, de nuestros inicios en eso que años después se llamó bullying y de las primeras tías.
Es posible que tú que lo eres, no lo veas. Es posible que tú como padre o madre me quieras matar por decir esto. Pero en un minuto voy a explicar 4 pasos para que intentéis que la relación mejore. Porque mejorar cualquier relación es cosa de dos. O de tres. Bueno, hoy en día de cuatro, cinco o de cuántos sea la familia.
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