La Cataluña interior ofrece un gran surtido de atracciones y actividades desde lo Pirineos al Ebro, el turismo rural es uno de los sectores que no ha notado la crisis y sigue ganando visitantes de toda Cataluña, y el resto de España, especialmente algunos puntos calientes como la Ruta del Císter, que concentra tres grandes monasterios cistercienses que se conservan en Catalunya: Poblet, Santes Creus y Vallbona de les Monges, el conjunto cisterciense habitado más grande de Europa, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Toda una economía turística se ha desarrollado alrededor de las actividades monumentales y naturales del terreno, principalmente rutas (caballo, 4x4, bicicleta, a pie...), observación de aves y estrellas, actividades de aventura, talleres de cerámica enoturismo y una oferta gastronómica de gran calidad. Junto con la actividad rural, y todos los servicios dirigidos indistintamente a la población de la zona, es la actividad económica principal.
Esta zona catalana permite conocer una gran parte de la historia europea, desde la prehistoria hasta nuestros días permanencen autenticas joyas que, de mano de los mayores conocedores de la zona, permiten descifrar diferentes las diferentes épocas de una manera amena en un marco natural impresionante.
Además de la ruta del Císter, otra actividad destacada que siempre permanece en movimiento son las cuevas cáusticas de la Font Major, un impresionante museo en una cueva en pleno centro urbano. Una cueva con más de tres kilómetros que fue habitada hasta los tiempos de los romanos y que ha sido acondicionada para brindar una experincia única e instructiva para todas las edades.
La mayoría de visitas regulares se reciben desde las zonas urbanas circundantes a Barcelona, sobre todo en periodos con fiestas tradicionales, que atraen a locales que residen en las zonas urbanas, como la semana medieval de Montblanc, mercados y ferias locales o “els Tres Tombs”, festividades culturales y gastronómicas tradicionales.
Como nos comenta la autora del libro “Pobles amb encant de la Baixa Segarra”, y propietaria del conjunto de casas rurales “El Clos”: “Esto se llena de familias en verano y de parejas buscando un rincón tranquilo en otoño e invierno”, por la gran variedad de actividades que ofrece la zona, sin masificación y con una tranquilidad envidiable a tiro de piedra de las zonas urbanas de Tarragona y el cinturón de Barcelona. El libro es una pequeña muestra de la historia y de los espacios más característicos de los pueblos de la zona norte de la Conca de Barberà, zona de la cual la autora es toda una autoridad y se ha convertido en una auténtica guía local para los visitantes de la zona.