En la exhortación La alegría del Evangelio, el Papa se refiere a
los que ridiculizan la doctrina de la Iglesia, descalificándola por
medio de etiquetas que la presentan como ideológica, oscurantista y
conservadora. A estas críticas y objeciones responde la exhortación con
estas cinco afirmaciones:
1. La defensa de la vida aún no nacida está
íntimamente ligada a la defensa de cualquier derecho humano.
2. Esta
defensa supone la convicción de que un ser humano es siempre sagrado e
inviolable, en cualquier condición y fase de su desarrollo.
3. El ser
humano es un fin en sí mismo y no puede considerarse como un medio para
resolver otras dificultades.
4. Si cae esta convicción, no hay fundamentos
sólidos para defender los derechos humanos, que estarían sometidos a
conveniencias sociales o políticas.
5. El valor inviolable de la vida
humana puede ser reconocido por la razón humana, pero a los ojos de la
fe es una ofensa al Creador del hombre.
Son cinco afirmaciones que
pueden ser compartidas por creyentes y no creyentes. Y por supuesto,
también por los creyentes de las diversas confesiones religiosas. Un
sentimiento compartido y una voz universal pueden ayudar al mundo a
reflexionar sobre el drama que se está desarrollando ante nosotros.