Escuché la historia de un hombre en la India. Era un hombre proveniente de una familia humilde. Sus padres anhelaban que se convirtiera en medico, y cuando tuvo edad para entrar a la universidad, viajó a otra ciudad para ingresar a la escuela de medicina. Desafortunadamente, el hombre se encontró con personas que no fueron buena influencia para él, y en lugar de estudiar medicina, se convirtió en un traficante de mercancía ilegal.
Después de varios años, este hombre regresa a casa de sus padres, procurando mantener su engaño frente a ellos. Lo que este hombre no sabía era que ellos contactaron al decano de la escuela de medicina para saber que tan buen estudiante era su hijo. La indignación y vergüenza, en especial del padre, al descubrir la verdad, no se hacen esperar y esto causa una profunda depresión al hombre. Después de pasar un tiempo en ese estado, el hombre decide ingresar, ahora si en serio a la escuela de medicina, claro está que lo hace a su manera, haciendo una suplantación en el examen de admisión, obteniendo el primer lugar y haciendo correr a todo el mundo sus brillantes aptitudes para la medicina.
Cuando este personaje ingresa a sus primeras clases, se da cuenta de cómo se tardan en atender a un hombre prácticamente moribundo, con el pretexto de que tiene que llenar los papeles de solicitud de seguro medico. Esto causa consternación a nuestro personaje, y decide buscar al primer medico que encuentra obligándolo a la fuerza a atender al paciente moribundo. El médico accede a causa de la reacción airada del hombre, y le salva la vida.
Tiempo después, este hombre comienza a ver como en esa escuela de medicina, los pacientes son tratados simplemente como objetos de estudio y no como lo que realmente son, seres humanos. Él insiste en hacer ver a todos que no porque estén en un hospital, padeciendo una terrible enfermedad, los pacientes tienen que estar decepcionados y tristes, sin una cura visible.
Este hombre anima a los pacientes a cómo deben ver la vida como una oportunidad para ser feliz a pesar de los problemas, y también a pesar de que él no tenía un título de doctor y que provenía de un ambiente muy hostil.
Esta historia tiene una cierta similitud a la del famoso medico estadounidense Hunter “Patch” Adams, quien inventó la risoterapia, en la que se lleva diversión y alegría a los pacientes enfermos como alternativa de tratamiento. Claro está que el hombre a quien hacemos referencia en la historia nunca se graduó de medicina, simplemente llevó un mensaje de felicidad y alegría en medio de un ambiente de dolor y enfermedad, a pesar de ser una persona con un pasado en la ilegalidad.
No importa la clase de persona que creas que eres, si ahora mismo crees que puedes aportar algo a este mundo, nutriéndote a ti mismo de confianza, de valor, de educación, de optimismo. Debes formarte una actitud de ganador, de que con todo y lo que otras personas hayan pensado de ti, y mas importante, de lo que tu mismo hayas pensado de ti mismo, puedes arrancar de cero y aportar todo tu potencial en beneficio tuyo y de las demás personas.
Siempre que empieces a pensar en el fracaso, la tristeza, la decepción, y todo aquello que te hunda emocionalmente, generas a tu alrededor un ambiente similar que atrae eventos o situaciones que producirán iguales sentimientos una y otra vez, sin final aparente. Si logras identificar que estos sentimientos aparecen, simplemente no te permitas seguir presentándolos en tu mente, piensa en lo opuesto, en el amor, la alegría, el éxito y la certeza de que tienes la capacidad de superar cualquier obstáculo que halla en tu camino.
Así como el hombre de la historia, tú también puedes comenzar a corregir todo aquello que no te haga sentir bien en tu vida, pero no lo hagas solo por demostrarle algo a otras personas. Hazlo por demostrarte a ti mismo que puedes alcanzar las metas que te propongas. Ten la seguridad que tienes todo lo necesario para hacerlo, ya que fuimos creados por Dios, y si somos creados por el a imagen y semejanza, podemos crear y moldear nuestra vida como la queramos.