La alegría es la mejor medicina puesto que alimenta el corazón y renueva el alma de esperanza. La alegría aporta tranquilidad y además, favorece el disfrute de las relaciones personales. Cuando una persona está en un momento de alegría tiene una mayor receptividad hacia los demás y una ilusión que invita a compartir.
Una de las mayores alegrías es la que experimenta el ser humano al estar en contacto con la naturaleza puesto que la perfección del universo es infinita. En este sentido, la conciencia ecológica muestra también la relación directa que existe entre el cuidado del medio ambiente y el propio bienestar del ser humano.
Muchas personas tienen la costumbre de tener flores en el jardín. Las cuidan con mimo y cuidado cada día. Las riegan para que crezcan y no se marchiten. Las flores aportan una gran alegría en el ambiente puesto que además de ser un elemento decorativo excelente, el cuidado de las flores también se convierte en un entretenimiento excelente en el que ocupar el tiempo con un sentido positivo y combatir el efecto del aburrimiento.
Además, regalar flores también es un detalle muy bonito para dar las gracias a una persona. Por otra parte, también es positivo enviar flores a un enfermo que está ingresado en el hospital. El simbolismo de este gesto aporta fuerza anímica y coraje. Por otra parte, las flores también están muy vinculadas con el romanticismo puesto que muchos enamorados sorprenden a su pareja con un bonito ramo de rosas. Una costumbre, especialmente, típica de San Valentín.
Las flores son uno de los mayores tesoros del universo. Dibujan un paisaje infinito gracias a la gran variedad de colores. Un jardín se convierte en una alfombra natural perfecta en la que descansar la vista para observar la belleza. Existen flores de todo tipo, pero sin duda, una de las más especiales es la rosa.