La alimentación. Un tema trascendental para los seres humanos y a la vez muy descuidado.

Hoy en día los hábitos alimenticios de las personas que habitan en los diferentes territorios del mundo occidental han cambiado, respecto a décadas anteriores, y siguen cambiando a pasos agigantados.  La comida tradicional se está perdiendo en favor de unos productos muy elaborados o pre-cocinados.

La nueva vida que los seres humanos estamos adoptando nos impide dedicarle tiempo a muchas cosas, tan necesarias para la subsistencia, pero a la vez tan olvidadas por la sociedad, y una de ellas es la alimentación. Por las circunstancias laborales de la actual España, la mayoría de parejas están obligadas a trabajar los dos, en muchas ocasiones, durante largar jornadas de trabajo, lo que les impide tener tiempo, entre otras cosas, para cocinar. Ante esta situación, la industria alimentaría vió el negoció muy pronto y los productos muy elaborados y pre-cocinados inundaron las estanterías de los supermercados. Pasar largos horas en la cocina realizando numerosas recetas para deleitar a la familia parece que ya es el pasado, aunque por suerte siempre quedaran excepciones.

Sin embargo, estos alimentos que en dos minutos en el microondas o con un pre-calentado en el horno se pueden servir, ¿son tan sanas como mucha gente cree?. La cantidad de azúcares añadidos, grasas, productos de muy mala calidad, conservantes, colorantes, etc.., hacen que dichos alimentos no sean tan saludables como mucha gente cree. Estos productos pueden provocar importantes riesgos para la salud, que por el poco tiempo que llevamos consumiéndolos, aún no los conocemos, pero que a largo plazo pueden producir enfermedades graves para nuestro organismo. De hecho, hace pocas semanas la Unión Europea instó al gobierno español a rebajar la cantidad de azúcares añadidos que llevan ciertos zumos para niños.

Así pues, y con todo ello, si la gente puede, que no lo dude, cocinar en casa siempre será más saludable y natural que los productos pre-cocinados. Comer sano es sinónimo de una mayor calidad de vida, y con gran probabilidad, de una vida más duradera.