Revista Cultura y Ocio

La Almadraba de Tabarca

Por Armando_p
La Almadraba de Tabarca
La almadraba es un arte de pesca formado por un conjunto de redes y barcos que se emplea en la captura fundamentalmente de atún, pero también de otras especies de menor tamaño como la caballa, el visol (estornino, similar a la caballa) y la melva. Estos peces se pueden pescar empleando otro tipo de artes, pero el que proporciona un mayor número de ejemplares, el más eficaz, es la almadraba. Su funcionamiento está basado en la interceptación de los ejemplares y la posterior concentración en un lugar cercado por redes donde se capturan de forma masiva.
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La instalación se arma al paso de los atunes en su migración gamética desde el Océano Atlántico hasta el Mar Mediterráneo, donde las aguas son más cálidas y la salinidad mayor. La entrada en el Mediterráneo tiene lugar en primavera, entre abril y junio, y el retorno hacia el Atlántico a finales del verano y principios del otoño. Por ello, las almadrabas pueden ser de pasoo de derecho, cuando se capturan atunes que van a desovar, y de venida o de revés, cuando los peces vuelven al Atlántico (migración trófica). Los ejemplares más grandes son los de paso, ya que el atún cuando inicia el periodo reproductivo deja de alimentarse, por lo que en otoño ha perdido hasta un 35% de su peso. Estas especies nadan en grupos siguiendo las corrientes por las mismas rutas durante toda su vida, por lo que el conocimiento preciso de sus movimientos resulta imprescindible con el fin de calar la almadraba en el lugar adecuado.
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Las alusiones más antiguas al término almadraba se datan a finales del siglo XIV. Las diversas propuestas sobre el origen etimológico coinciden en apuntar su procedencia del árabe al-mah-draba, que viene a traducirse como lugar donde se golpea, significado que veremos que está sobradamente justificado. Tradicionalmente se han identificado tres tipos de almadrabas:
  • La más antigua, empleada hasta el siglo XVIII, es la de vista o de tiro. En este sistema un vigía, denominado thynnoscopos en las fuentes clásicas y atalaya en las obras modernas, se sitúa en lugares estratégicos elevados junto a la costa para avisar de la llegada de los peces. Una vez avistado el cardumen, las barcas se colocan con las redes en el lugar indicado y, tras la captura de los ejemplares, dos barcas llevan a tierra las redes que se sacan arrastrándolas desde la costa a brazo o con la ayuda de animales de tiro, donde se remataban a golpes, de ahí el origen etimológico del término. Una variante más perfeccionada de este arte es la almadraba de cinta o de sedal, cuyo funcionamiento básico es igual a la anterior, pero empleando un mayor número de redes y barcas.
  • El segundo tipo es la almadraba de monteleva o de monte y leva, donde, al contrario que en la anterior, los aparejos están fijos al fondo marino y en tierra firme mediante anclas y mascaranas (un tipo especial de anclas). Por lo general, las almadrabas de monteleva eran de paso, estaban servidas por siete barcas y se solían armar con el inicio de la temporada, al término de la cual se recogía. Sin embargo, las almadrabas de este tipo empleadas a mediados del siglo XX en las costas alicantinas se montaban y desmontaban cada jornada, por lo que deberían ser de dimensiones reducidas. Esta era la que inicialmente se utilizó en Nueva Tabarca
  • La almadraba de copo o de buche es la más compleja y la que se emplea en la actualidad. Es igualmente la que se utilizó durante la época más floreciente de la Almadraba de Tabarca. Cuenta con una parte fija, el cuadro, y con unas redes móviles con las que se obliga a los atunes a entrar en la almadraba. Se fija a tierra mediante la rabera de dentro o de tierra, una red cuya longitud varía en función de la distancia a la que se arme la almadraba. Hacia mar adentro se coloca otra red, la rabera de fuera, mediante la cual se empuja a los peces a la boca del cuadro, entrando en la almadraba. El cuadro, situado en paralelo a la línea de costa, es la parte central de la instalación y está formado por tres o cuatro espacios consecutivos, la cámara, el buche y el bordonal, por los que pasan los peces hasta que llegan al copo, la zona final que cuenta con redes en el fondo: matador, safina clara y safina espesa. Los peces se van concentrando en la cámara y, cuando hay una cantidad suficiente, se procede al ahorro, es decir a pasar a los atunes al copo. A continuación, el arráez (capitán) da la señal y desde las barcas, que se han ido colocado alrededor del copo, se tira de las redes, teniendo lugar la levantada. De este modo se acercan los atunes a la superficie y los almadraberos situados en las barcas, en ocasiones con una pierna fuera y otra dentro, van capturando los ejemplares mediante unos ganchos pasados por la muñeca y bicheros, aprovechando los coletazos que dan los atunes cuando se sienten heridos. Por lo general, se solían hacer dos levantadas por jornada. Para sacar el pescado más grande se servían de los garfios, y a veces le daban con una maza para rematarlo, aunque esto sólo lo hacían una vez estaba el pez embarcado, ya que era conveniente servirse de sus movimientos para izarlo.

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Representación esquemática de una almadraba de copo o de buche


La Almadraba de Tabarca hemos visto que pertenece a ésta última modalidad, que ya aparece documentada varias veces en el siglo XVIII como Almadraba de los Farallones. Se calaba desde 1770 frente al peñón o islote de La Galera, en la división de los arrecifes, a una milla náutica mar adentro, en dirección Sureste. Pero en 1791, Sáñez Reguart señala que inicialmente la almadraba tabarquina era del tipo de monte y leva, y era trabajada por 25 pescadores y 2 oficiales, marineros de Villajoyosa y Benidorm. Pero con el tiempo fueron entrando los isleños hasta ser la totalidad trabajadores tabarquinos, y se cambió a la modalidad de almadraba de copo. Hasta entonces, por falta de agua y salinas en la isla, la pesca se trasladaba íntegramente al continente.

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Elementos de la Almadraba de Tabarca (González Arpide, 1981)


En el siglo XIX la almadraba pertenecía al Gremio de Pescadores de Sant Jaume, de Alicante, y en 1831 se concede su explotación al vecino de Benidorm, Miguel Orts. Gracias al estudio que Carlos Llorca hace del Libro de Gastos de la Almadraba de Tabarca 1898-1915, sabemos que la almadraba pasó a manos de la sociedad vilera Lloret y Llinares en 1898. Esta empresa hizo una fuerte inversión inicial que provocó importantes pérdidas los dos primeros años de explotación. Los beneficios aparecieron a partir del tercer año, y encontraron su máxima expresión en 1913.
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Las referencias pesqueras de atún en Tabarca quedan recogidas en los Llibres de Consells del Archivo Municipal de Elche, que señalan la descarga de la pesquera en el Puerto del Cap de l'Aljub (Santa Pola), aunque en la isla ya funcionaba una pequeña factoría donde se secaba y salaba parte del atún antes de trasladarlo a Santa Pola y Alicante. Entre 1939 y 1960 operó de forma continuada (con las excepciones de los años 1957 y 1959), entre el 1 de febrero y el 30 de octubre, con buenas capturas hasta 1948 en que comenzó el lento declive, con repuntes muy puntuales. Fue la última almadraba alicantina en cerrar, lo que aconteció tras la temporada de 1960.
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Antonio Más i Miralles, sobre fuentes de Manuel Chacopino, detalla de este modo el calamento de la Almadraba de Tabarca, textual:
De la Galera hasta fora, hasta 1000 metros, axò era la cua. Después venia el quadro, un puesto que dien l'anditxe, era per on passaven les tonyines pa arribar al cop. Allí havia una barca, que era el bateo, i el capità enmig i una atra que era la fragata. S'encarsellava de llevant i quan arribava al cap, dia isa, i tiraven de les cordes. Primer plegaven una sàrsia més fina que era el cop, después venia una sàrsia con el dit de grossa que era el mataor, i ahí anaven les tonyines. Havien 3 o 4 hómens que des d'unes embarcacions i en ganxos sagarraven dels aparejos i tiraven dins de la barca. A voltes en mataven 500 o 600. Pescaven també melves i pex menut en la sàrsia que tenia un cel molt finet. També estaven les ancores. Havia una àncora gariquenya que guantava la cua i 50 o 60 més pa aguantar les atres parts de la cua. Se'n gastaven més de 100 àncores.

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Situación y distribución aproximada de la Almadraba de Tabarca (Google Earth)


Manuel Oliver Narbona, en su libro Almadrabas de la costa alicantina (1982), recoge multitud de datos sobre la de Tabarca. Así, por ejemplo, los materiales para el arte constaban de:
  • Cables: unos 32.000 m de diverso calibre. 
  • Redes: unos 18.000 kg de abacá para el cuadro y unos 8.000 kg de cáñamo para el copo.
  • Corcho: 18 tm de corcho nuevo y 14 tm de usado.
  • Anclas: unas 95, totalizando 62 tm, tamaños de 20 a 1.000 kg.
Las redes las construían en la isla unas 12 ó 15 muje­res a lo largo de todo el año. El valor del arte superaba al cambio actual los 120.000 €. Era una almadraba pura de copo y adoptaba las dos posturas, de paso y de retorno. Los almacenes estaban en el centro de la playa principal, y además había una casita dando al lugar don­de se ponía la almadraba frente a La Galera.
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Trabajaban en ella 30 almadraberos, todos de la isla. Recibían el sueldo y el tanto por ciento de las capturas. Hubo épocas que sólo la usaron de paso, durando de enero a junio; en 1935 la época duraba desde octubre a junio o desde el 11 de septiembre hasta el 19 de noviembre del año siguiente. Para observar las capturas usaban el procedi­miento de introducir un tubo en el agua. Las capturas al principio las llevaban a la pescadería donde se subastaba, posteriormente las trabajaba Lloret y Llinares, propietarios de la almadraba, aunque también podían llevarse a la Lonja. El traslado lo hacían en época reciente con barcas de vapor, eran famosas las llamadas Pajarito e Isleño.
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Por último, sigue explicando Oliver Narbona, para darnos una idea de las capturas, se nos ofrecen los siguientes datos:
  • Atún: los había hasta de 300 kg. Se cogía todo el año, aunque desde septiembre era más pequeño.
  • Melva: llegaba a cogerse doce o catorce mil piezas en una levantada, principalmente de mayo a octubre, hasta de 3 kg.
  • Bacoreta: podía llegar a pesar hasta 7 kg.
  • Bonito: de hasta 4 kg, sobre todo en marzo, abril y mayo.
  • Emperador: de hasta 200 kg.
  • Marrajos: de unos 300 kg.
  • Lecha: las había de 20 kg.
  • Sardina y otros peces menores.
En junio y julio podían hacerse capturas de hasta 40 tm. Se recuerdan levantadas con tales capturas que, en tres días, conseguían unas 80 tm.
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Así recordaba Felipe Manzanaro Ruso, en entrevista realizada el 19 de julio de 1990, cómo era la pesca en la almadraba en la que trabajó, textual:
Mosatros anaven diari a replegar tonyines. Mos alçàvem a la una del mati, si era fosca, que no havia lluna. Encenien unes làmpares que anaven a carburo i en aplegar fora, foc a les làmpares. Entonces l'arraig de l'almadrava sobre lo que veïa, si eren tonyines o si era pex menut, melva, alatxa, cavalla o sardina, manava un treball o un altre. Quan arribaven al cop conduïts per la llum, mosatros alçàvem el cop, a uns 14 o 15 metros, apagaven les llums i entonces ens encarregàvem els colpejaors de traure el pex en canastes. En terra havia un guàrdia i l'arraig li dia que avisarà la gent a la una, o si no havia lluna que avisarà a les set del matí. Entonces anava casa en casa i mos avisava. Mosatros abaxàvem i mo n'anaven. Anàvem en bots bogant hasta 1'almadrava. Mos portaven una barceta d'espart en 1'esmorzar, per si havia faena, menjàvem. Si exíem a les set del matí, a la una estàvem en terra. En terra teníem treball. Les sàrsies que teníem escampaes en la platja havia que espolsa-les perquè tenien molt de llimac, i si no havia que recomenda-les, hasta que estigueren ben seques que les replegàvem i les guardàvem en el magatzem. I ja estaven preparacs per a fer un recanvi.
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La búsqueda de noticias sobre la Almadraba de Tabarca, muy laboriosa, arroja datos muy irregularmente esparcidos en el tiempo, en ocasiones contradictorios, y la mar de variopintos. Veamos unos ejemplos para acercarnos a la cambiante realidad de estas artes de pesca, algunos rayan incluso en lo novelesco o en lo legendario.
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Para empezar nos encontramos con la noticia publicada el 4 de febrero de 1865 en La España, que habla de la lucha de un cetáceo con pescadores de Tabarca entre los días 26 y el 28 de enero de dicho año, que destrozó redes sin que quede constancia de que fuera capturado.

La Almadraba de Tabarca

La España, 4 de febrero de 1865, página 4


Sí está documentada la captura de un animal de similares características en la noticia, aparecida en numerosos medios de la época, locales y nacionales, que habla de que el 20 de marzo de 1879 un laúd de Nueva Tabarca desembarcó por la mañana en el muelle de costa de nuestro puerto lo que calificaba de pez monstruoso, y concretaba que se trataba de una lamia, pez de la familia de los tiburones que pesó unas 80 arrobas (una arroba equivalía a unos 11,5 kg). Tenía cerca de 3 m de largo por 80 cm de ancho, el cuerpo era cilindrico y la boca espantosa, armada con una doble hilera de dientes de 1,5 cm de largo, afilados como si fuesen lancetas. Su hígado pesaba 8 arrobas, y se le extrajeron del vientre dos peces de 2 arrobas cada uno. Fue cogido en la almadraba de la isla y parece ser que fue adquirido para llevarlo a Madrid.

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El Constitucional, 21 de marzo de 1879, página 3

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El Graduador, 22 de marzo de 1879, página 3

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Diario de San Sebastián, 24 de marzo de 1879, página 3


El 18 de noviembre de 1887, la historia se repetía. Durante la noche, los pescadores de la almadraba notaron bruscos movimientos y arreones en las redes, y su experiencia les aconsejó dejar que se enredara en ellas, pues no era propio de un atún, ni siquiera de grandes dimensiones. Así envuelta la presa entre las redes, hicieron camino hacia tierra y, ya de mañana, llegaron al muelle de costa de la capital, descubriendo entonces que lo que traían era un enorme pez de cerca de 3 m de longitud y un peso de 25 arrobas. Se describe con una cabeza relativamente pequeña al tamaño de su cuerpo, así como los ojos respecto a la cabeza, su boca está bien armada de dientes, como de una pulgada de largas en forma de saeta y bien afilados y finos, a los lados tiene dos aletones y otro más pequeño en el dorso, su piel es lisa y sin escamas, la redondez de su cuerpo es casi tan grande como su longitud.
Los pescadores le daban nuevamente el nombre de lamia, y según ellos su carne era de escasa utilidad para el consumo, así que se tomó la decisión de disecarlo, lo que se encomendó al taxidermista ilicitano Vicente Bañón. Una vez abierto, dentro de su estómago se han encontrado dos cabezas de atún aun intactas y gran porción de carne que sería indudablemente de los atunes a quienes pertenecerían aquellas cabezas. Fue expuesto en los Baños de Diana, célebre balneario situado en la Playa del Postiguet.

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El Liberal, 19 de noviembre de 1887, página 2


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Almadraba, 1923


Dejando (de momento) el terreno de la anécdota, ya en 1924 nos encontramos con unos artes de pesca valorados en 38.750 pesetas, en los que trabajaban 30 empleados embarcados y 3 en tierra, que percibían unos salarios totales de 46.000 pesetas. El peso del pescado recogido fue de 42.500 kg, íntegramente destinado a consumo, que alcanzó un valor de venta de 86.750 pesetas. La almadraba pagaba un canon anual de 8.102 pesetas.
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Almadraba, años 40


Y tras este paréntesis retomamos las historias de monstruos marinos, en este caso del más enorme que recogen las crónicas, con la noticia que salta a la primera página del Diario Información de nuestra ciudad del 11 de agosto de 1946, con ecos posteriores en la prensa nacional, con el titular Monstruo marino capturado en Tabarca, muy bien documentada e incluso con testimonio fotográfico de la mano de Francisco Sánchez, una de cuyas fotografías acompañaba la noticia. Merece la pena trascribir su texto íntegro:
En la almadraba de la isla de Tabarca, de «Lloret Llinares y Compañía», fue capturado ayer mañana un monstruo marino, de la especie llamada entre los pescadores tabarqueños con el nombre de «llamia». El espléndido ejemplar penetró en la almadraba a las ocho de la mañana, en persecución de un bando de atunes. Fue muerto después de ponerlo casi en seco, y la pontona que en aquella isla tiene destacada la Junta del Puerto para las obras del refugio que allí se realizan izó la formidable «pesca» a la motora auxiliar de la almadraba, que la condujo a nuestro puerto a mediodía.Alrededor de cuarenta hombres intervinieron en las operaciones de desembarco del enorme pez. Su peso arrojó la extraordinaria cifra de 1.790 kilos, y sus dimensiones eran de seis metros de largo por dos y medio de diámetro en la parte más ancha. Después de haber sido admirado por numerosos curiosos atraídos en cuanto circuló en el puerto la noticia, y como dicho pez es comestible fue descuartizado, adquiriéndolo completo Vicente Enrique, que pagó por él 1.200 pesetas.Se le encontró al extraordinario animal en el vientre un atún de 40 kilos de peso. Dicho atún presentaba dos mordiscos, uno en la parte de la cola y otro en la cabeza, habiendo sido tragado entero por la «llamia». Su captura fue muy difícil dentro de la almadraba, cuando ya el animal había averiado grandes trozos en la red. Como detalle curioso citaremos que el hígado, pesado aparte, dio en la báscula 300 kilos y que, de haber habido un sistema apropiado de instalación industrial prensadora, como en las factorías especializadas, dicho hígado hubiese proporcionado alrededor de 100 litros de aceite. Un barril completo... Viejos pescadores del puerto nos manifestaron que desde hace veinte años no se ha visto en Alicante una captura accidental de semejante tamaño.
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Diario Información, 11 de agosto de 1946, portada (AMA)

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Diario Información, 11 de agosto de 1946, página 5 (AMA)

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ABC, 11 de agosto de 1946, página 34

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La Vanguardia, 11 de agosto de 1946, página 4


Por cierto, si alguien todavía no se ha percatado, una lamia o llamia no es ni más ni menos que la denominación en el argot marinero valenciano del tiburón blanco (Carcharodon carcharias), también denominado jaquetón en nuestras aguas.
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Tiburón blanco, llamia o jaquetón, capturado en la Almadraba de Tabarca
la mañana del 10 de agosto de 1946
(fotos Sánchez, AMA)


En 1948 la almadraba trabajó del 1 de diciembre (de 1947) al 30 de octubre. Estaba valorada en 300.000 pesetas. Incluía dos motoras y dos veleros. Sus 29 pescadores percibían unos salarios por un total de 96.980 pesetas. Sin embargo, la pesca capturada sólo alcanzó un valor de 77.842 pesetas.

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Almadraba, 1949

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Almadraba, 1950

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Atún de 500 kg capturado en 1952


La temporada de 1953 dio inicio el 1 de febrero y finalizó el 30 de noviembre. La flota constaba de 10 embarcaciones, valoradas en 170.000 pesetas. Sus 29 trabajadores de a bordo y el trabajador de tierra cobraban unos salarios de 95.516 pesetas. Las capturas ascendían a 40.700 kg, sobre todo de atún, que alcanzaron un valor de mercado de 512.450 pesetas.
Llegado 1959, la almadraba, en desuso al igual que lo estuviera en 1957, era situada geográficamente en 38º 09' 30" N y 0º 28' 12" W; su situación Centro estaba en 38º 09' 12" N y 0º 28' 20" W; y sus extremos en Ext. W 0º 28' 14" W y Ext. E 0º 28' 22" W. Entonces era ya la única almadraba superviviente en este distrito, todavía de paso y retorno, y dejaría definitivamente de funcionar tras la temporada de 1960.

Imágenes de la Filmoteca Nacional
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