Revista Cultura y Ocio

La amistad como camino de perfección cristiana en Santa Teresa

Por Maria Jose Pérez González @BlogTeresa

El pasado 4 de abril, tuvo lugar en la Facultad de Teología de Burgos la defensa de una tesis doctoral titulada La amistad como camino de perfección cristiana en Santa Teresa de Jesús, por parte del P. Michel Rabenarivo, carmelita descalzo de Madagascar.

La tesis fue dirigida por el P. Mauricio Martín del Blanco, ocd. Felicitamos al nuevo doctor y le agradecemos que haya compartido con nosotros el texto de su presentación oral y el índice de su Tesis.

Defensa de Tesis:
La amistad como camino de perfección cristiana en Santa Teresa de Jesús.

P. Michel Rabenarivo, ocd

04 de abril de 2017

  1. Saludo
  1. Introducción

Deseo comenzar con una breve introducción. El tema de la relación interpersonal fue el centro de mis investigaciones para el bachillerato en filosofía (en la Universidad Católica de Madagascar) y para el master de bioética (en el Instituto de Bioética, dependiente de la Facultad de Teología de Palermo-Sicilia). Esta orientación influye mi decisión de investigar sobre la amistad en Santa Teresa de Jesús.

  1. Proceso

Este trabajo ha tenido su proceso. El primer paso ha sido la realización de la tesis de licenciatura que lleva por título: La amistad en Santa Teresa de Jesús en el Libro de la Vida y Camino de Perfección. En esta licenciatura, presenté la amistad en dos dimensiones distintas: una la humana y otra la divina. Para mí, esto fue una puerta para la investigación. De hecho, decidí no cambiar de tema para el Doctorado, sino profundizar lo que había empezado. Entonces continué a buscar manejando las fuentes: primero las principales, que son las Obras Completas de la Santa, luego los estudios sobre el tema y sobre la autora.

A lo largo de la investigación, me di cuenta de que en las publicaciones teresianas falta un estudio completo que trataría no sólo de la amistad humana y la divina, sino también de la relación que puede existir entre ellas. Esta falta me ha animado a investigar inseparablemente estas dos dimensiones de la amistad. Se incluye igualmente en este objetivo la necesidad de identificar el secreto del éxito de Santa Teresa en hallar muchos amigos.

Siendo un trabajo de teología espiritual, mi orientación principal será conciliar la amistad con la vida espiritual. Se trata por tanto de una investigación sobre la amistad espiritual en el sentido pleno. De ahí viene la propuesta final de la amistad como camino de perfección cristiana, una amistad que pueda ofrecer al cristiano la posibilidad de alcanzar la comunión con Dios.

  1. Motivaciones

Mi primer motivo en este trabajo ha sido este deseo de llevar a cabo un estudio más completo para entender mejor el sentido de la amistad en Santa Teresa de Jesús.

El segundo motivo está en la figura de la autora. A pesar de lo mucho que se ha publicado sobre ella, su personalidad atractiva no solamente en el ámbito carmelitano sino incluso en la Iglesia y en la humanidad entera, me ha estimulado más para investigar.

Otro motivo es la celebración del quinto centenario de su nacimiento que lo hemos celebrado de manera muy solemne hace poco. Por este centenario, he venido a estudiar en España.

El cuarto motivo ha sido mi interés por el tema de la amistad. Con el bagaje sobre la relación que he dicho anteriormente, quiero investigar con criterios de amistad. También cuando salí de mi país, tenía muy claro el compromiso de entender la espiritualidad teresiana para poder luego difundirla. Quiero comprobar si la amistad es la clave adecuada para esto.

  1. Metodología y estructura

Necesitaba recoger ante todo los datos experienciales de Teresa para poder analizarlos luego, con el fin de resaltar lo que entiende y enseña ella de la amistad.

Sin mencionarlo directamente, este método se refleja en la estructura del trabajo. De hecho, en los cuatro primeros capítulos, he descrito la experiencia teresiana de la amistad y en los tres últimos, he presentado su doctrina. Por tanto, los siete capítulos que dan cuerpo al trabajo deben complementarse entre ellos para mostrar la unidad y la evolución de la redacción. La presencia de una introducción y una conclusión a cada uno asegura esta interdependencia entre ellos.

De los 7 capítulos que componen este trabajo, el primero (aunque no tiene una vinculación directa al tema) delimita el siglo español de Teresa: es un siglo marcado por el florecimiento espiritual. Por tanto, se da un afán generalizado por la vida y la relación con Dios. También es un siglo que presenta el predominio de la honra y del interés personal: la relación entre las personas está marcada por este predominio tanto en el rey como en la gente sencilla. Pero si eres mi amigo, no hago guerra contigo; no solamente esto, sino que favorezco tu bien y tú éxito. He introducido igualmente en este capítulo una aclaración del término “amistad” y una breve historia del estudio de la amistad dentro la espiritualidad cristiana hasta Santa Teresa.

El léxico teresiano nos presenta el uso frecuente de dos términos: amigo y amistad.

En cuanto a la palabra “amigo”, Teresa lo usa para referirse a su relación con las personas y con algo (amigo de alguien, amigo de algo). Por eso, las Concordancias de sus escritos nos presentan dos acepciones del mismo término “amigo”: además de la amistad, se dan también las palabras aficionado, inclinado. En lo que nos interesa, es decir en la línea de la amistad, amigo es quien se relaciona afectivamente con otra persona.

En cuanto a la palabra “amistad”, las Concordancias recogen 6 vocablos usados por Teresa que tienen igual o parecida significación con la amistad: compañía, comunicación, concordia, conformidad, hermandad, trato. Advertimos que amistad no es intercambiable con un solo vocablo independientemente de otros:

  • Los amigos son compañeros, pero un compañero no es necesariamente un amigo.
  • La amistad se pierde con la falta de comunicación, dice Teresa, pero la comunicación no es propiedad exclusiva de los amigos.
  • Entre los amigos existe concordia y conformidad, pero estos términos no llevan siempre el marco de la amistad.
  • La hermandad puede ser una relación íntima entre los amigos o entre hermanos o simplemente una alianza entre personas.
  • El trato es importante tanto en el nacimiento como en la conservación de la amistad. Sin embargo, el trato no existe sólo entre los amigos y además cualquier trato no es bueno para la amistad.

He dedicado el capítulo segundo a tratar de la vida de Teresa bajo la clave de la amistad. Porque pienso que hablar de este tema en ella sin preocuparse de cómo la vivió sería un error. Pues su vida fue marcada por una experiencia virtuosa y mística de la amistad. Por tanto, he expuesto primero sus dones naturales (como su belleza física, su capacidad afable y su amor al heroísmo y a la verdad); luego los que son adquiridos por la compañía, la lectura o el trato. Desde niña Teresa aprovechó estos dones para vivir de la amistad, y se convirtió en ser amiga que robaba corazones. “Por gracia de naturaleza – dice Maximiliano Herráiz – Teresa buscaba la persona con el mínimo de ‘mediaciones’, directamente, para crear la máxima comunión, el ‘nosotros’ que era la casa en que quería, necesitaba habitar” (DSTJ, 230).

Pero lo más destacable de su vida es el hecho de vivir intensamente la amistad con Dios. Una amistad en la que Teresa reconoce más la acción de Dios que la suya. [Dijo al respecto que “no se contenta el Señor con darnos tan poco como son nuestros deseos” (CAD 6,1); eso es, Dios no se comunica porque son buenos los amigos, sino porque Él es bueno, para dar a conocer sus grandezas. Él se adelanta siempre en su relación con nosotros]. Una amistad que transformó totalmente a Teresa, de tal manera que Dios se convierte en ser el protagonista de su vida y, en consecuencia, le llevó a ordenar las demás amistades. Porque animada por la relación muy íntima con Dios, la Santa trata a sus amigos para que también ellos fuesen amigos de Dios. Para Teresa de Jesús no hay mayor bien que pueda ofrecerles más que Dios y su amistad.

El capítulo tercero sirve de ejemplo para explicar las amistades que tuvo Teresa. Para eso, he puesto la mirada en las más grandes y profundas. Aún así, no puedo hablar de todas; entonces he seleccionado solamente seis, entre las cuales 5 son representantes de los 5 grupos de destinatarios de las Cartas (entre los personajes, está Gracián; de los amigos y colaboradores, está Guiomar; familiares: Lorenzo; teólogos: Domingo Báñez; Carmelos: María de San José). Luego añadí a Juan de la Cruz por ser cofundador de los descalzos (el primer descalzo, su confesor e hijo espiritual). De todas formas, he subrayado en estos ejemplos cuán concretas e íntimas son las amistades de Teresa.

He terminado la descripción de la experiencia teresiana de la amistad con el cuarto capítulo, donde he hecho una presentación de todos sus escritos. Su originalidad está en hacerlo bajo la clave de la amistad. Cuando uno lee a Teresa de Jesús, percibe su fidelidad en las amistades, memoria y agradecimiento de todo el entorno, su entrega en profundidad y verdad a la amistad. Tanto la amistad divina como la humana están muy presentes en las obras de la Santa. El tono podría variar de unos escritos a otros: por ejemplo, más experienciales son Vida, Relación, Fundaciones, Cartas, Poesías; y más doctrinales son Camino, Castillo Interior, Concepto del Amor de Dios, Constituciones etc.

Con el capítulo quinto, he entrado en la reflexión de la experiencia teresiana empezando por la preocupación de lo que es una verdadera amistad. A base de cualquier amistad como tipo de relación interpersonal, hay amor mutuo que nace y se consolida con las virtudes. Por eso unas exigencias son necesarias para que una amistad sea verdadera. Es indispensable ante todo para Teresa elegir con quién entablar amistad, pues tomar por amigo a cualquier y confiarle su secreto significa arruinarse. Su criterio de elección ha sido en primer lugar las virtudes, pero cuando entra ya en la vida mística, pone su orientación preferencial sobre Dios y la vida con Él; una vida en la que no sólo siente la presencia divina, sino entiende que Dios mora, vive y actúa en ella. Otras exigencias deben ser la reciprocidad, la confidencia y fidelidad; porque con ellas, la amistad se consolida, se profundiza y se hace más verdadera. Y cuando se vive tal amistad, aparecen los frutos como la igualdad, la semejanza y comunión entre los amigos y se sienten alegres y felices. Hay que admitir sin embargo que, entre los humanos, por unos motivos u otros, pocos son los que se comportan como verdaderos amigos.

El capítulo sexto está dedicado a la dimensión teologal de la amistad. Se trata de una dimensión en la que Dios es el protagonista principal. Esto, lo he presentado en tres puntos distintos, pero no separados: de Dios, con Dios y en Dios. Con la expresión amistad de Dios, se habla de la amistad por parte de Dios, es decir de Dios como amigo. Sin embargo, con Dios se entiende el empeño del alma como amiga de Dios. Y el último punto en Dios, lleva el sentido de la amistad humana (entre los humanos), pero asentada en Dios; los amigos tienen a Dios y a su amistad como criterio y fin de su trato.

Según la experiencia teresiana, Dios está en nosotros no solamente por ser nuestro Creador, sino también por su gracia se hace presente a nosotros, habita en nuestra alma como su templo; “está vivo en mi alma” (R 54), como una esponja que embebe el agua en sí (R 18; 45) decía Teresa; de esta manera, se dirige personalmente a cada uno, se entrega para tratar con nosotros. Cuando el alma se da cuenta de este acercamiento de Dios, se dispone con actitud humilde y generosa a conocerle y amarle. Incluso en este esfuerzo del hombre, siempre es Dios el que le capacita y le acompaña en el duro camino, le ensancha el corazón; y cuando quiere le transforma para la unión con Él. Consciente de su incapacidad, Teresa dijo: “No había fuerzas en mi alma para salvarse, si su Majestad con tantas mercedes no se las pusiera” (V 18, 5); “no podemos nada, sino lo que él nos hace poder” (C 16, 10). Tocada de lo que Dios ha hecho en ella y del trato y comunicación con ella, Teresa de Jesús le halló ‘amigo verdadero’ (V 22, 6; R 3, 1). En fin, si llegamos a ser amigos de Dios es porque Él mismo nos ha llamado y nos ha dado la condición para serlo. La amistad en Dios es la que el cristiano tiene la misión de establecer en toda su relación. Pues, quien goza de la relación personal con el Señor, no puede guardarlo para sí, al contrario, está animado a compartir y a divulgar para que otros descubran el tesoro escondido y gocen del bien que Dios les ofrece.

Y al terminar esa dimensión teologal de la amistad, me parece oportuno hablar de la relación que hay entre la amistad y la perfección cristiana. En esta relación, identifico la santidad con la perfección cristiana, la meta del itinerario cristiano, la unión con Dios. Dios nos regala su amistad, y nosotros, siendo conscientes de esta oferta, nos disponemos y nos configuramos con Cristo para que Él nos transforme hasta unirnos con Él. Por tanto, podemos hablar de la amistad como camino de unión con Dios.

Siendo la amistad un camino de perfección para el cristiano, he dedicado el séptimo y último capítulo a presentar las orientaciones pedagógicas de Teresa sobre la amistad. Aunque cada persona por naturaleza es capaz de establecer amistades, necesita educación para un mejor resultado. El reto educativo de la Santa es conducirnos para criarnos y darnos el ser; es decir, hacernos personas, edificarnos. Porque una persona madura, libre y responsable se da más a la amistad. Para eso la propuesta de Teresa de Jesús es crecer en las virtudes. Pues quien va mejorando en darse al crecimiento de las virtudes, perfecciona también sus hábitos y costumbres. Las virtudes crean un ambiente que favorece a la realización del principio fundamental que es ordenar todo hacia Dios, hacia lo eterno. En realidad, lo que muestra la Santa por su experiencia para educarnos a la amistad es amar y amar mucho, amar de verdad y con espíritu totalitario y generoso. Con este ejercicio, nuestras amistades nacen y se conservan. Amando, se aprende a acoger al otro y a conocerlo, se aprende también a soportar sus faltas y a corregirlo incluso aceptar su voluntad si decide romper la relación. Porque “el verdadero amante – decía ella – en toda parte ama y siempre se acuerda del amado” (F 5, 16).

  1. Mis conclusiones:

Son en parte todo lo que he venido afirmando. Sin embargo, resumo las más sobresalientes, las que he puesto en cursiva en la conclusión general de la Tesis.

  • Primero, a la luz de la experiencia de Santa Teresa, puedo describir la amistad como un trato de amor reciproco entre dos o más personas que, a fuerza de su comunicación, se comparten grandes secretos de la vida; y que, con confianza y fidelidad, alcanzan alegremente la unión de sus voluntades. Esta amistad tiene dimensión antropológica, psicológica y teológica.
  • Segundo, afirmo también con la Doctora Mística que Dios es Amigo. Por su Amor, nos hace para la amistad, nos llama y nos capacita de igual modo para Su amistad. Como un Amigo verdadero, y con una buena disposición por nuestra parte, Él nos conforma a Su condición, nos iguala y nos transforma.
  • Tercero, estudiar este tema de la amistad me hace descubrir su aportación a la vida espiritual: la amistad nos lleva a considerar nuestra identidad cristiana. Pues ningún cristiano puede dispensarse de la amistad con Cristo; siendo cristianos, nuestro ser, parte y encuentra su razón de ser en la relación personal con Él. Sin embargo, la amistad no es la perfección, es el camino; la perfección debe ser su culminación.
  • Cuarto, lo básico que no se puede prescindir de la pedagogía teresiana para la amistad es la experiencia de amor porque a amar, sea a Dios sea a los semejantes, no se aprende por terceros, sino sólo a medida que tratamos individual y amorosamente con la persona.
  • Y quinto, puedo decir que Teresa tuvo muchos amigos. El secreto de su éxito consistió en ser creada, preparada para la amistad, y por poner la amistad con Dios como fundamento de sus amistades.
  1. Evaluación personal
  • Interés (originalidad) de este trabajo:

De acuerdo con lo que he venido afirmando, es importante [al menos para mí] haber intentado este estudio completo de la amistad en Santa Teresa, y creo que lo he alcanzado.

Podría ser un atrevimiento decir que la amistad aporta algo a la vida espiritual; pero en esta tesis, he afirmado desde la experiencia vivencial de Teresa de Jesús, que la amistad es camino de perfección.

Hasta ahora, yo personalmente, he establecido amistades y he vivido como amigo; pero haciendo esta investigación que me ha aclarado la relación entre amistad/amor, amistad/caridad, amistad/virtud, amistad/perfección, me ha animado a procurar ser amigo verdadero imitando a Jesús y a Teresa. Porque:

  • De este estudio, en primer lugar, puedo afirmar que nuestra capacidad para la amistad es natural. Nacemos con ella. De hecho, la amistad es una de las relaciones interpersonales, una de las formas de amor. Quiere decir esto que también la amistad salva a la persona de su incomunicación y carga el sentido de amor oblativo, benévolo y generoso. Por eso, cuando está purificada de sus imperfecciones, tiene valor que hace persona a la persona (le ofrece su plenitud). Sin embargo, la amistad se distingue por su sentido personalizado; tiene que ser real, personal y concreto: una relación de tú a tú; un amor mutuo recíproco y correspondido, confidente y fiel. Por tanto, pienso que cualquier evento en nombre de la amistad, por ejemplo la celebración del día mundial de la amistad [30 de julio desde 2011], debería ser una ocasión, no sólo para fortalecer los vínculos amistosos, sino para favorecer también la creación de nuevas relaciones.
  • En segundo lugar, se sabe que la amistad se distingue de la caridad al menos en dos puntos: la caridad es sobrenatural (es gracia de Dios) y es universal (pide amar incluso a los enemigos). Pero en esta tesis, sin contradecir lo afirmado, veo también un acercamiento de la amistad a la caridad cuando se mira a su dimensión teologal. De hecho, la amistad de Dios es puro don para el alma, y nuestra amistad con Él nos pide siempre transcendernos, es decir, no cerrarnos sino abrirnos sin fronteras al prójimo. Sin embargo, lejos de identificar la amistad con la caridad, será aceptable concluir que es su consecuencia.
  • En tercer lugar, he subrayado en esta tesis que para Santa Teresa ir adelante en las virtudes es el entrenamiento válido y eficaz para la amistad. La amistad se consolida en la recepción de la gracia y en la entrega virtuosa. Por lo tanto, el crecimiento de las virtudes tiene mucho que ver con el nacimiento y la conservación de la amistad. No obstante esto, definir como virtud la amistad es inadecuado, la amistad no es virtud; habría que pensar que es su consecuencia inmediata.
  • En cuarto lugar, la perfección cristiana es la perfección en el amor a Dios y al prójimo, es la cumbre del itinerario cristiano, es la unión íntima del alma con Dios. En esta tesis, he afirmado que uno de los frutos de la amistad con Dios, el mayor fruto, es la unión con Él. Sin embargo, como he dicho anteriormente, la amistad no se identifica con la perfección, sino que es un camino que lleva el cristiano a la unión con Dios. Esto quiere decir que la perfección es fruto o culminación de nuestra amistad con Dios y en Dios.
  • Problemas encontrados en la tesis

Entre los muchos problemas que suelen existir elaborando un trabajo como éste, el mayor en mi caso es el idioma por no hacer la tesis en mi lengua materna. Y no se entiende bien la dificultad que puede surgir cuando se accede a las fuentes; porque las obras de Teresa tienen un lenguaje que no es el español de nuestro tiempo. Por eso, tuve que fiarme de los comentarios de autores reconocidos.

  1. Agradecimientos
Anuncios

Volver a la Portada de Logo Paperblog