Revista Diario

La anestesia tiene la culpa de todo

Por Drajomeini @DoctoraJomeini



Hace unos días, Rafa Bordes - del que os recomiendo os leáis el libro que ha escrito sobre redes sociales - comentaba en twitter que le acababan de operar de apendicitis y que lo había pasado muy mal después "por culpa de la anestesia". No pude evitarlo. El comentario me convirtió en Jomeini Mrs Hyde. "¿Por culpa de la anestesia?" - pregunté - ¿No será porque te han hinchado de gas para la laparoscopia y te han revuelto las tripas buscando el apéndice?¿Por qué dices que la culpa es de la anestesia?" No me respondió. No le culpo. Supongo que pensó: "¿Quién será la loca esta fundamentalista que me monta un pollo sin comérmelo ni bebérmelo, a mí que estoy tan pocho?". Lo siento, Rafa, este post es para explicar por qué salté como un tententieso.  En Salem, si una vaca dejaba de dar leche, la culpa era de las brujas. Si a una le salía un grano o le ponían los cuernos, las brujas se quemaban en la hoguera. Las brujas de los quirófanos somos los anestesistas. Si a alguien le duele la espalda después de un parto, siempre es culpa de la epidural. Es curioso que, cuando la paciente pare de pie - cosa que puede hacer con la epidural y que no hace por motivos diversos - nunca duela la espalda. ¿No será que la posición de empujar con las piernas a la altura de las orejas tiene de fisiológico lo que yo?  - Esta zona me quedó menos sensible por culpa de la anestesia - me cuenta una señora postoperada de hernia inguinal en la consulta de dolor crónico. Y dale. No, señora, no. Esa zona quedó insensible porque el cirujano cortó terminaciones nerviosas con su bisturí. El anestesista no se acercó a la zona ni con un bichero. De hecho, si se hubiera puesto anestesia local en la cicatriz, es más que probable que usted no tuviera dolor crónico en esa zona.  De la misma manera, cuando uno es operado de apendicitis por laparoscopia, de la anestesia, a la media hora, no queda ni el recuerdo. En cambio, el dióxido de carbono - casi 6 litros - que se mete en la barriga a través de los trócares de la laparoscopia irrita los nervios que van por debajo del diafragma, dando lugar a un dolor de escápulas bastante insoportable en el postoperatorio. Es más: si el apéndice estaba "escondido" o muy pasado, el movimiento de tripas para encontrarlo o lavarlo produce muchísimas náuseas y vómitos - que son, por otro lado, prevenidas gracias al anestesista. Por eso, difícilmente, uno se encuentra mal después de ser operado de apendicitis "por culpa de la anestesia", sino porque has sido sometido a un proceso que, hace muchos años, era mortal. El manejo de un buen anestesista previene el dolor, el sangrado, las complicaciones...Nunca se valora su trabajo, que es tan importante como el del cirujano. Incluso, por parte de los mismos cirujanos. Mi santo en uno de sus ramalazos trauma-soy, me dijo una vez que los pacientes venían a ser operados, no a ser anestesiados. Yo contesté: "Vale, dile a tus pacientes que vas a operarles sin anestesia para que veas a dónde te mandan". No hay nada como tener al enemigo en casa. Ellos son los primeros en echar la culpa de algo que no controlan a lo que no controlan en absoluto: la anestesia. Si me apuran, de la crisis también tiene la culpa la anestesia.  Pues eso. Hasta los mismísimos, oigan. 


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