Desde el comienzo del embarazo la mujer experimenta un aumento en la ansiedad, lo cual se manifiesta, durante todo ese periodo. En los comienzos de la gestación, la embarazada siente que necesita dormir más que lo habitual, por momentos ensimismada y retraída.
Es bueno alentar a la embarazada que acepte su necesidad de dormir más en los dos primeros meses. El insomnio en esta etapa es la manifestación de una situación de ansiedad durante el embarazo. En el segundo mes frecuentemente aparecen las nauseas y vómitos por las mañanas, síntomas que coinciden con la ansiedad determinada por la incertidumbre acerca de si existe o no el embarazo. En general cuando ya se estableció el diagnostico estos síntomas remiten espontáneamente. En algunas ocasiones continúen levemente, hasta que aparecen modificaciones corporales, o ante percepciones de movimientos del feto.
Entonces las nauseas y vómitos sirven para evidenciar el embarazo, así como para dar por terminada la ansiedad e incertidumbre. Entrando al quinto mes, que es cuando se perciben los movimientos, se produce en la mujer, gran ansiedad, la cual se manifiesta de distintas maneras, miedo a que su hijo nazca con algún problema, miedo a morir en el parto, angustia por verse deforme y el temor de quedar así. Es cuando aparece el sentimiento de la fealdad y lleva muchas veces a tener celos de su pareja. La libido disminuye en esta etapa.
Los síntomas orgánicos son: mareos, dolores musculares, jaquecas, calambres, constipación o diarrea, hipertensión o hipotensión.
Via Mundodehoy